El libro de vida. Freinet y la palabra del niño.

Freinet con alumnosHabía una vez unos niños* que contemplaban extasiados una carrera de caracoles. Estaban en una escuela de un pueblecito francés. Su maestro los miraba en silencio. Veía sus ojos abiertos de par en par, oía sus expresiones de júbilo, captaba la atención extrema, el interés que aquello despertaba en sus pequeños alumnos. Miró los libros de texto amontonados en un pupitre, llenos de palabras que nunca serían leídas por sus niños con esa misma emoción. Entonces, aquel maestro, decidió prescindir del libro escolar y darles, a los niños, sus propias palabras. Había nacido el texto libre.

Ese maestro se llamaba Célestin Freinet (1896-1966). Gracias a él, en todo el mundo, existen hoy cientos de libros impresos sin depósito legal, sin ISBN, pero llenos de palabras que hablan de lo que de verdad interesa a los niños, porque fueron sus autores, sus primeros lectores e, incluso, sus impresores.

páginas impresas libro de vida escolar
Páginas impresas de un libro de vida escolar

Introdujo como técnica para su método pedagógico la imprenta escolar. Los niños, rápidamente, casi por intuición, aprendieron a imprimir libros y periódicos. Hoy en día la introducción de la tecnología digital podría producir el mismo efecto, pero nos encontramos con que los niños de Freinet aprendieron a manejar la imprenta con el profesor. Sin embargo, en la actualidad, muchos niños están mucho más capacitados en tecnología digital que sus profesores, y además no asocian esa tecnología al aula o a la biblioteca, sino a su ocio privado, como muy bien expuso Fuensanta Martínez en uno de sus artículos en BiblogTecarios.

Para Freinet, la imprenta en la escuela tiene un fundamento psicológico y pedagógico: la expresión y la vida de los alumnos. Está convencido de que lo mismo no podría lograrse con la expresión manuscrita individual, porque escribir un libro o periódico es muy diferente a, cómo él dice, ennegrecer un cuaderno individual.  Freinet parte de que no existe expresión sin interlocutores. Y en la escuela tradicional las redacciones, los dictados, las lecturas, etc. sólo están destinados a la censura y corrección por el maestro. No son un medio de expresión, ni de creación, ni de placer.

La revolución de aquel maestro parte de su convencimiento de que el niño tiene que escribir para ser leído y para que el texto pueda ser difundido. El lo consigue por medio de la imprenta,  a partir del texto libre. El niño escribe sólo acerca de lo que le interesa, y muchas veces eso lo encuentra en su entorno, fuera del aula. Freinet fue herido de guerra en un pulmón, tenía que hacer grandes esfuerzos para levantar la voz en clase, para respirar en ambientes cerrados. La mayor parte del tiempo lo pasaba con sus alumnos en el exterior, paseando por el bosque, en el huerto, hablando con los vecinos del pueblo… Todo ello suponía un foco de interés excepcional para los alumnos.

Freinet con sus alumnosLos niños regresaban de los paseos, contaban en el aula lo que habían visto y oído, votaban lo que más les llamaba la atención, redactaban los textos ayudados de la Biblioteca de trabajo que el maestro había preparado para ellos, los leían y los componían, tipo a tipo, en las pequeñas imprentas escolares. Era el libro de vida, «su» vida.

El maestro Freinet logró en una pequeña escuela de Bar-sur-loup lo que hoy intentan por todos los medios los profesores,  los bibliotecarios y los editores: que los niños y las niñas lean. Que escriban.Y que disfruten haciéndolo. Y que aprendan. Pero algo falla hoy, a pesar de contar con los medios tecnológicos más adecuados para la comunicación. Posiblemente, la escuela y la biblioteca no son ámbitos en los que pueda reproducirse un ambiente propicio al interés del alumno. Posiblemente el acto del pensamiento abstracto a partir de la experiencia concreta no se produce de la misma forma.

En la época y en el ambiente rural de Freinet y sus alumnos, las experiencias eran continuas y directas: cultivo de la tierra, cría de animales, uso manual de herramientas, construcción de pequeñas máquinas, actividad física y placentera… actividades fundamentales para elaborar esquemas operativos y construir sobre ellos los conceptos abstractos. Hoy la experiencia está mediatizada por la pantalla, muchas veces la contemplación de la naturaleza solo es un espectáculo visual y ajeno. Por otro lado, los niños -y los adultos- de hoy viven aislados en entornos urbanos donde los individuos se yuxtaponen, pero no se comunican entre sí, no existe vida comunitaria. Si lo hacen, es desde el ámbito privado de la pantalla.

Quizá sea el momento de convertir las aulas, y las bibliotecas, en lugares de vida donde desarrollar juntos proyectos comunes a partir de experiencias reales, cercanas a la naturaleza, en convivencia. Convertir la pantalla en imprenta escolar de trabajo colaborativo, en catapulta de comunicación digital. Que el niño recupere sus propias palabras para contarnos a los adultos sus intereses; que nos cuente, de nuevo, la vida.

Imprenta escolar
Alumnas del Ciclo de Educación Infantil trabajan con una imprenta escolar en el Museo Pedagógico de Aragón

Bibliografía

La película L’école Buissonnière (en francés) realizada en 1949 por Jean-Paul Le Chanois con guión de la esposa de Celestin Freinet, Elise Freinet, refleja la vida de su escuela en la Provenza francesa.

«Elise y Célestine Freinet», en Aularia. http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_celestin_freinet.htm

Página dedicada al facsímil del libro de vida de los escolares de Plasencia del Monte, editado por el Museo Pedagógico de Aragón: http://www.museopedagogicodearagon.com/noticias_detalle.php?id=462

Artículo sobre Los niños perdidos en el blog Bitácora de linóleos de Picasso. http://bitacoradelinoleos.blogspot.com.es/2012/05/los-ninos-perdidos.html

_______________________________________
*Utilizaré a lo largo del artículo el genérico masculino por economía de palabras.

ChemaLera

Colaborador en BiblogTecarios. Documentalista, periodista, bibliotecario, ilustrador y narrador. Amo las palabras, los dibujos, los bosques y la mirada infantil de quien escucha una historia… amo las pantallas cuando muestran un mundo solidario, sabio, mejor.

4 respuestas a «El libro de vida. Freinet y la palabra del niño.»

    1. Muchas gracias Fuensanta, también tú has sido un descubrimiento para mí, como todas las colaboradoras y colaboradores de BiblogTecarios 🙂

  1. ¡Menudo estreno, Chema! Me ha encantado el artículo, el tema y el modo en que está escrito. Leeré más sobre Freinet y lo difundiré. Enhorabuena y un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.