El bosque de la bruja y los calcetines mágicos

El bosque de la bruja y los calcetines mágicos

Había una vez un hombre que coleccionaba historias como otras personas coleccionan sellos, y cuando llegaba la noche, las guardaba en su cabeza. Pero esto no era suficiente: las mejores historias hay que tejerlas como los calcetines de lana.

Michael Ende discutió con su editor tratando de conseguir que La historia interminable fuera maquetado en dos colores para diferenciar los dos mundos que recorre Bastian. Desde que lo leí, hace más de treinta años, no dejo de buscar libros así, editados con elementos tipográficos al servicio de la historia. Hace muy poco he hallado uno de esos libros, editado por Lóguez en la Joven Colección: El bosque de la bruja y los calcetines mágicos. No es una edición especial, ni demasiado aparente. Sencillo y elegante, de modestas dimensiones, cubiertas en cartoné, y un bello color rojo para las guardas. Rojo, como los calcetines mágicos de una bruja llamada Karla, o, más exactamente, Karlotta Ingwer Loretta.

El bosque de la bruja y los calcetines mágicos es una obra como Las Mil y una noches en pequeñito. Jutta Richter, la autora, teje las historias con palabras de lana, y sus agujas danzan hila que te hila, enredándonos en una increíble madeja de brujas, de abuelitas encantadoras, de elefantes gigantescos, de arco iris y de amor. Y, por si fuera poco, en la portada interior leemos:

El bosque de la bruja y los calcetines mágicos: una historia sobre la felicidad«

¿Qué más se le puede pedir a un libro de noventa y seis páginas?

La narración empieza como lo hacen todos los buenos cuentos, en un bosque y con las palabras más mágicas que se han pronunciado siempre:

Había una vez…”

Y cada vez que en este libro empieza un historia, o un cuento dentro de la historia, las páginas aparecen de repente rodeadas de preciosas orlas: hojas de roble y bellotas, zarcillos y raíces, arabescos, clásicas molduras y rechonchos angelotes. Sin duda, para mí estas orlas son lo mejor de la parte ilustrada del libro, por encima incluso de los dibujos narrativos del ilustrador Jörg Mühle. Y es que estos grafismos aportan su magia a la narración y contribuyen a convertir este libro en un auténtico manual para contar e hilar cuentos dentro de una historia principal.

Una historia que podrán apreciar especialmente, como dice Jutta Richter en la dedicatoria, “los grandes y pequeños buscadores de objetos, que llevan puestos calcetines rojos”, los que son capaces de hallar trocitos de felicidad en medio de su mundo, ya sea éste un bosque de flores y setas, o una cocina con aromas de sopa y pan recién horneado, o, incluso, explotado en un trabajo de repartidor de carbón. Es un libro que nos recuerda que prestando un poquito de atención, rodeándonos de silencio interior, podemos escuchar cómo crece lentamente la hierba, entender el lenguaje de las llamas del hogar, apreciar las palabras de un sapo, de una corneja, o realizar un conjuro para alejar la tristeza de la soledad.

Todo es tan cierto como que “en toda historia se encuentra una realidad. Se puede contar de una u otra manera, pero la realidad siempre está dentro” (p. 26). Por eso me encanta este libro mágico, porque tiene conjuros y canciones, porque el papel impreso sirve a veces para alimentar el fuego de la cocina y sin embargo las historias se coleccionan en nuestros corazones y viven, cuando las contamos, en nuestras palabras. Y también porque Robert, el carbonero protagonista, tiene, como los ilustradores, los dedos permanentemente sucios.

Conociendo a la autora

Jutta Richter Jutta Richter nace en Burgsteinfurt (Westfalia) en 1955. Vive ahora en el castillo de Westerwinkel y de vez en cuando, en la Toscana.
Con veinte años vió publicado su primer libro, Palomitas de maíz y banderas de estrellas: el diario de una alumna de intercambio, que había escrito cuando con quince años se había trasladado a Dretoit (USA) y estaba preocupada por no perder su lengua materna. En Münster terminó sus estudios de Literatura Alemana, Periodismo y Teología. Desde 1978 se dedicó a escribir profesionalmente, principalmente libros destinados a lectores infantiles y juveniles, pero también guiones radiofónicos, obras de teatro y canciones.
Por su obra completa recibió en 2004 la beca de Hermann Hesse, y, entre otros premios, en el 2001, el Premio Alemán de Literatura Juvenil por El día en que aprendí a domar las arañas, en el 2007, el Premio Andersen por El gato o como perdí la eternidad y, en 2014, el Gran Premio de la Academia Alemana para la Literatura Infantil y Juvenil, por toda su obra.

Conociendo al ilustrador

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Jörg Mühle nace en 1973 en Fráncfort. Estudió ilustración en Offenbach y París. Desde el año 2000 trabaja como diseñador gráfico e ilustrador para revistas, periódicos y libros. Forma parte del Estudio Colectivo Labor.

Información Bibliográfica

RICHTER, Jutta. El bosque de la bruja y los calcetines mágicos. Mühle, Jörg (Il.). Salamanca: Lóguez Ediciones, 2015. 96 p. ISBN: 978-84-96646-81-0. Más información

ChemaLera

Colaborador en BiblogTecarios. Documentalista, periodista, bibliotecario, ilustrador y narrador. Amo las palabras, los dibujos, los bosques y la mirada infantil de quien escucha una historia… amo las pantallas cuando muestran un mundo solidario, sabio, mejor.

Una respuesta a «El bosque de la bruja y los calcetines mágicos»

  1. Cuentos de Huaralín – LIBROS PERUANOS

    Sintonizo con estos cuentos, porque yo también busco que promover la lectura a través de la publicación de relatos infantiles. Muy bueno los comentarios de ChemaLera, colega te invito a revisar mis Cuentos de Huaralín en la siguiente dirección:
    http://www.librosperuanos.com › Literatura infantil y juvenil
    El autor presenta las aventuras de un maravilloso duende llamado Huaralín y sus acciones en favor de niños y ancianos, premiando algunas veces, castigando …

    También puedes revisar el blog: Cuentos de Huaralín
    saludos cordiales

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