Bibliotecas Escolares vs. Bibliotecas Públicas y viceversa

Niños leyendo libros de la biblioteca de las Misiones Pedagógicas
Niños leyendo libros de la biblioteca de las Misiones Pedagógicas

Podríamos pensar que en las escuelas siempre ha habido bibliotecas, y, sin embargo, el vocablo “biblioteca escolar” en España aún no ha cumplido el siglo. En efecto, la primera vez que podemos documentar  el concepto de “biblioteca escolar” en la legislación española es en 1922. Sin embargo, los legisladores españoles usaron otras palabras para referirse a las bibliotecas escolares años antes y, de hecho, me atrevería a decir que las bibliotecas públicas españolas de hoy, abiertas a todos, le deben mucho en su origen –al menos de manera oficial– a la institución escolar y a los maestros.

La historia de la Biblioteca Nacional se remonta a principios del siglo XVIII, en efecto, pero tras su desvinculación de la monarquía durante mucho tiempo siguió siendo casi una “cámara de los libros secretos”, alejada desde luego de un servicio público; los bibliotecarios eran principalmente guardianes y conservadores. Durante largos años se enfrentaron seguidores de Menéndez Pelayo, partidarios de preservar el elitismo de las bibliotecas, y los de Ortega, que propugnaban el derecho público de su uso. La institución educativa tiene una buena parte de responsabilidad en el logro de abrir las bibliotecas españolas a todos los ciudadanos.

1857: Biblioteca Pública

El Ministro de Fomento, Claudio Moyano, incluye las palabras “biblioteca pública” precisamente en la Ley de Instrucción Pública de 1857 , es decir, en una legislación dedicada al desarrollo del sistema educativo, y lo hace previendo que en ninguna provincia deje de haber al menos una biblioteca pública. Desde 1859 se procura también que exista una biblioteca en cada instituto de enseñanza media, convirtiéndose éstos en auténticos enclaves culturales de la época, aunque sus usuarios siguen siendo un segmento escogido de la población española.

1868: Biblioteca Popular

El auténtico concepto de biblioteca pública aparece en 1868, bajo la denominación “biblioteca popular”, término que se usa por primera vez en ese año y que, por supuesto, se vincula al ámbito escolar pero dotándolo de una proyección pública. Ruiz Zorrilla y José de Echegaray fueron los promotores, propusieron que en cada pueblo, en su escuela de enseñanza primaria hubiera un espacio dedicado a biblioteca popular. El propósito era loable, pero la realidad se impuso. Felipe Picatoste, jefe de negociado de Instrucción Pública reconoce que “apenas hay un pueblo en España que tenga edificio propio para escuela”. No había muchas escuelas, tampoco pudo haber muchas bibliotecas populares, pero los lotes de libros comenzaron a llegar a los pueblos, colocándose cuando no había escuelas en sociedades, ateneos, círculos, academias, etc. Entre los volúmenes de estas balbuceantes bibliotecas se incluyeron libros específicos para escolares, y estos y sus maestros usaron y promovieron aquellas bibliotecas, por lo que, como dicen Carmen Diego Pérez y Monserrat González Fernández, “así empieza la estrecha relación entre bibliotecas escolares y populares1.

1912: Biblioteca Circulante

Una vez que las bibliotecas populares inician su camino, en 1912 se crean las “bibliotecas circulantes” como germen de las específicas bibliotecas escolares. ¿Cuál es su relación con el ámbito educativo? Están al cargo de los inspectores de enseñanza, los libros los seleccionan en principio desde el Museo Pedagógico Nacional y son los maestros los que piden y facilitan las cajas en los que se distribuyen los lotes de libros. El pedagogo Lorenzo Luzuriaga se quejaba en 1927 de que “después los libros han sido adquiridos según los gustos y los compromisos de los ministros, con lo cual las bibliotecas han sido inundadas de mala literatura y de mala ciencia2.

Y llegamos a 1922 cuando en la ley de Presupuestos se destinan 40.000 pesetas de la época a crear bibliotecas escolares permanentes y se aprueba una orden para su organización y funcionamiento. Dejamos para otro artículo la descripción pormenorizada de su contenido, que incluye recomendaciones tan sugerentes como ésta, dirigida al maestro bibliotecario, invitándolo a que “realice lectura expresiva, procurando, con el arte de leer, despertar en sus oyentes la finura espiritual y educar en el sentimiento3.  Lo que nos interesa destacar es que la ley deja al criterio del director de la escuela conceder cuantos permisos desee para que los fondos bibliográficos puedan ser consultados, no solo por antiguos alumnos, sino también por cualquier lector interesado, fuera del horario escolar. De nuevo, biblioteca escolar y biblioteca pública van de la mano.

Una biblioteca atendida, cuidada, puede ser un instrumento de cultura tan eficaz o más eficaz que la Escuela

1931: Biblioteca Escolar y Misiones Pedagógicas

Es en 1931, durante el primer gobierno de la República, cuando definitivamente se consagra el carácter público de la biblioteca escolar, además de afianzarse la coexistencia obligatoria de escuela y biblioteca escolar. En el preámbulo del Decreto se asegura sin ambages de ningún tipo:

Misiones Pedagógicas en Bonansa
Inauguración de la biblioteca de Misiones Pedagógicas en Bonansa (Huesca)

Una escuela no es completa […] si carece de la biblioteca para el niño, y aún para el adulto y aún para el hombre necesitado de leer. Empieza España a tener las Escuelas que le faltaban; las tendrá en breve. De lo que carece casi absolutamente es de bibliotecas, de pequeñas bibliotecas rurales que despierten viéndolas, el amor y el afán al libro. […] Una biblioteca atendida, cuidada puede ser un instrumento de cultura tan eficaz o más eficaz que la Escuela4.

El Patronato de Misiones Pedagógicas se convirtió en el artífice del sueño de llevar una biblioteca hasta la aldea más recóndita de España, llegando a crear más de 5.000, hasta que el levantamiento militar de 1936 cercenó toda esperanza.

Espacio de la biblioteca escolar del CEIP Miguel Servet de Fraga
Biblioteca escolar del CEIP Miguel Servet de Fraga

2006: La Biblioteca Escolar en la LOE

Tras atravesar el oscuro periodo de la dictadura franquista, con el expurgo de libros considerados contrarios al régimen, y la aprobación de índices de libros prohibidos, las bibliotecas escolares renacen tímidamente en los años 70, tienen su época de desarrollo a partir de la reforma de la LOGSE y especialmente con la LOE (2006, artículo 113 de la Ley). En términos generales y en la práctica, se caracterizan por su independencia, su separación del carácter público, es decir, se configuran, salvo excepciones, como un recurso educativo interno, alejándose por tanto de su origen, o en todo caso la colaboración se enmarca dentro de los llamados servicios de extensión bibliotecaria.

Actualidad de la biblioteca escolar

dibujo Artes y Letras
Elogio de la lectura. Il. Ch. Lera

En la actualidad estamos viviendo la constatación de la necesidad de estudiar fórmulas de colaboración o de plantearse incluso la integración de las bibliotecas escolares y las bibliotecas públicas. Como muestra de este horizonte cada vez más cercano, podemos citar el V Encuentro de Bibliotecas y Municipio se celebró el año pasado bajo el lema Cooperación entre Bibliotecas Públicas y Bibliotecas Escolares, o el Observatorio de la Biblioteca Escolar de ANABAD.

El compromiso con la alfabetización informacional es, a mi modo de ver, el eje, la bisagra, que está permitiendo ya una confluencia na tural de las bibliotecas públicas (incluidas las especializadas) y las bibliotecas escolares, al igual que, hace años, la necesidad de la alfabetización –sin más- hizo posible la ilusionante creación de bibliotecas escolares y populares.

 

 

Notas

1 «Gestación, dotación y expurgo de las bibliotecas escolares en España 1869-1939». Museos Pedagógicos. La memoria recuperada. Carmen Diego Pérez y Monserrat González Fernández. Ed. Publicaciones del Museo Pedagógico de Aragón. Octubre de 2008. Huesca. Página 286.

2 Bibliotecas escolares. Lorenzo Luzuriaga. Publicaciones de la Revista de Pedagogía. Madrid, 1927. Página 17

3 Ibid. 1927. Página 20.

4 Gaceta de Madrid, nº 220, (8 de agosto de 1931), p. 1064.

Referencias

Historia del Libro (VI): ¿Cómo nace el modelo bibliotecario actual”, BiblogTecarios. Laura Novelle.

Historia de las bibliotecas

Mariano Coronas. Conferencia sobre la biblioteca escolar del Colegio Miguel Servet de Fraga

ChemaLera

Colaborador en BiblogTecarios. Documentalista, periodista, bibliotecario, ilustrador y narrador. Amo las palabras, los dibujos, los bosques y la mirada infantil de quien escucha una historia… amo las pantallas cuando muestran un mundo solidario, sabio, mejor.

6 respuestas a «Bibliotecas Escolares vs. Bibliotecas Públicas y viceversa»

  1. No se si esto era una práctica común en todos los centros o fue algo puntual, pero mi recuerdo de la biblioteca tanto en el colegio como en el Instituto, es de la ser el lugar al que te tocaba ir cuando estabas castigado, los centros no es solo que no fomentaran el uso de la biblioteca, sino que influían de manera negativa en nuestra percepción de las bibliotecas y de los libros.
    Se hacían grandes desembolsos para lotes de libros, pero luego al no haber una plaza de bibliotecario, no haber un trabajo en común con la biblioteca pública se convertía en un desembolso prácticamente inútil.

    1. Hay notables excepciones de maestros y profesores comprometidos con su trabajo en la biblioteca escolar, pero tienes razón, Joaquín, creo que las bibliotecas escolares deberían ser gestionadas por un equipo multidisciplinar que uniera profesionales de la educación y de la documentación, por eso sería necesario integrarlas en la red de bibliotecas públicas, aunque con los tiempos que corren…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *