Top 5 BiblogTecarios. Abril 2016

Como es habitual, las preferencias de nuestros lectores durante el pasado mes de abril han resultado muy variadas, lo que por otro lado viene a responder a la pluralidad de planteamientos y estilos en un blog colectivo como es éste y se refleja en nuestra lista de los Top correspondientes.

En la primera posición se sitúa en esta oportunidad Roberto Soto con su peculiar galería Diseños de interior: es un bibliobús, aunque no lo parezca. Su selección no podía dejarnos indiferentes, dadas las características de los bibliobuses que nos mostraba, bellos y funcionales.

Si el exterior de los bibliobuses puede convertirse en el reclamo perfecto en favor de la lectura y de los servicios de biblioteca pública, el interior es el lugar donde hemos de desarrollar todo aquello que hemos prometido desde fuera. Para ello será muy beneficioso el diseño de un ambiente adecuado que favorezca tanto el desarrollo de nuestras prestaciones como el de aquellas factores que motiven en el usuario la sensación de bienestar, cercanía y confianza tan propias de los servicios bibliotecarios móviles.

El post de Rafael Ibáñez ha sido todo un aldabonazo, un toque de atención muy necesario porque —a pesar de las apariencias— Las bibliotecas continúan en peligro. Como si nada hubiese cambiado o, lo que es peor, las dificultades creciesen más por voluntad política que por necesidad real.

La contundente entrada que ayer publicó nuestra compañera Mercedes Carrascosa en este mismo espacio, señalando la necesidad de entendimiento entre los responsables técnicos y los políticos para que las bibliotecas puedan ejercer con éxito su función, me viene al pelo para insistir hoy en algo que viene preocupándome de largo: las decisiones irresponsables de algunos representantes políticos en materia de servicios bibliotecarios públicos. Podíamos pensar —si es que así nos lo hemos dejado hacer creer— que la crisis económica era la responsable de la reducción presupuestaria, la merma de plantillas y la supresión de servicios. Pero cuando parece que los nubarrones que cubren nuestros cielos son ligeramente menos oscuros, cuando comienzan a publicarse —aunque sea con cuentagotas— algunas convocatorias para selección de personal, cuando creíamos que el cerco a las bibliotecas —que han superado como buenamente han podido las dificultades y, lo que es mejor, han servido de anclaje social y refugio para los ciudadanos más débiles— se debilitaría al fin, surgen aquí y allá noticias desesperanzadoras, aires nuevos que en realidad son más vientos cargados de aromas putrefactos.

Pese a todo, hemos de continuar ejerciendo nuestra labor. El día a día de nuestro trabajo da para reflexionar largo y tendido sobre lo qie hacemos, cómo lo hacemos y cómo lo percibe el usuario. Eso es lo que ha trasladado María Benítez referiéndose a Mi biblioteca universtaria (o sea, la suya).

Desde hace unos meses me paso las tardes trabajando como auxiliar de biblioteca en la biblioteca de una escuela universitaria. Aunque he de admitir que soy una romántica de las públicas (con su fondo variado, sus usuarios variados, sus problemas variados) ésta tampoco está nada mal. De hecho, en los pocos meses que llevo allí he llegado a una serie de curiosas e interesantes conclusiones que me gustaría compartir con todos vosotros.

Una de las tareas que hemos de abordar es la selección de títulos para su incorporación a la colección de nuestra biblioteca, tarea ardua y sumamente delicada. Y cuando la oferta del mercado editorial es tan variopinta como la del libro infantil y juvenil, toda ayida es poco. Por eso, la guía de recursos elaborada por Luis Miguel Cencerrado y publicada bajo el título Libros infantiles y juveniles de selección ha merecido la atención de nuestros lectores, y a buen seguro se convertirá en una fuente de referencia imprescindible durante mucho tiempo.

Moverse entre la amplia oferta editorial de materiales de lectura para niños y jóvenes no resulta nada fácil dada la cantidad de títulos que anualmente se publican y la diversidad de tipologías y calidades que presentan las obras. Conscientes de que no podemos abarcar de manera directa el análisis y evaluación de todos los materiales de ficción y no ficción candidatos a formar parte de la colección de la biblioteca, se hace necesario identificar y evaluar fuentes de información pertinentes y rigurosas.

Si la lectura es salud ¿qué se hace desde el ámbito sanitario? Ésta es la pregunta que planteó David Gómez, y con la que generó una interesante conversación con varios de nuestros lectores en torno a las iniciativas que mencionaba en su entrada y otras que ellos aportaron.

¿Qué relación puede tener la lectura con la salud? Es cierto que sobre este tema no es la primera vez que se escribe o se llama la atención, pero no es menos cierto que quizás yo ahora esté más sensible a este tipo de informaciones. El caso es que voy a intentar compartir con ustedes algunas bonitas experiencias que relacionan la lectura con la salud como un tandem perfecto en momentos de debilidad física y/o emocional. Experiencias hay muchas, aunque sólo os traigo tres a colación.

Cerramos aquí nuestra relación de las entradas Top 5 del mes de abril. Pero seguimos trabajando para compartir con todos vosotros nuestras experiencias, nuestra visión y nuestras esperanzas.

Biblogtecarios

BibliogTecarios, y BiblogTecarias, es un espacio web colaborativo que busca compartir noticias y opiniones sobre temas de interés para los profesionales del mundo de la Información y la Documentación. Es un proyecto que participa de la filosofía del "crowdsourcing": el aprovechamiento de la inteligencia colectiva. De esta manera, podréis encontrar contenidos sobre los diferentes campos de la Biblioteconomía y la Documentación, tratados desde los diferentes puntos de vista de las personas que conforman el proyecto.

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