Repensando la biblioteca en el #8CNBP

Será un tópico, pero parece que fue ayer cuando nos despedimos en Badajoz, pero ya han transcurrido desde entonces dos años, llenos de retos, dificultades y esfuerzos. Y nuevamente hemos vuelto a reunirnos en el incomparable entorno de Toledo —ciudad siempre sorprendente— y su peculiar Palacio de Congresos El Greco —arquitectura genial de Moneo— para participar en el VIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, que se desarrolló durante la pasada semana. Organizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el medio millar de inscritos —bibliotecarios, arquitectos y otros especialistas— aprendimos, debatimos y compartimos experiencias, ideas y reflexiones sobre el espacio físico y virtual de la biblioteca.

#8cnbp

Inauguración del Congreso

En sus intervenciones de inauguración Ángel Felpeto Enríquez, consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha; de José María González Cabezas, vicealcalde y concejal de Educación, Cultura y Patrimonio de Toledo; y del director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas —denominación reemplazada unos días antes por la de Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural—, Miguel Ángel Recio Crespo, en líneas generales reconocieron que las bibliotecas son pilares básicos para mantener la sociedad y que frecuentar sus instalaciones y servicios es expresión de libertad democrática, además de un gran placer. Una vez más, aseguraron que la cooperación transversal resulta imprescindible para avanzar en el ámbito de las bibliotecas y se comprometieron a apoyar nuestras bibliotecas.

A continuación el filósofo y catedrático José Antonio Marina nos deleitó con sus palabras en una intervención en la que señaló como misión de las bibliotecas la de ser el punto de construcción de la ciudad soñada, de las ciudades con talento. Depositaria de la palabra —herramienta para saber interpretar el mundo, los sentimientos, las imágenes, las relaciones sociales—, la biblioteca es imprescindible para manejar tal volumen de información, aumentando el capital social de la población en que se ubica y su capacidad para resolver los problemas. De ahí la necesidad de que mantengan una intensa relación con el mundo educativo.

En un mundo en que la imagen y la tecnología cuentan con un gran reconocimiento, Marina reivindicó el valor de la palabra, porque nuestra inteligencia es lingüística. La palabra dirige nuestro comportamiento, amortigua nuestra conciencia y estructura nuestra psique, siendo el principal medio de relación social, política y cultural. Y para saber interpretar el mundo, los sentimientos, las imágenes, las relaciones sociales mediante la palabra resulta de vital importancia el fomento de la lectura. Porque “leer no es un lujo”, dijo Marina ante todos los asistentes, entre los que estaban quienes le precedieron en el uso de la palabra. Lo realmente grave —añadió— no es que se lea menos, sino que se lea peor. Por eso los bibliotecarios, guardianes de la palabra, tenemos una función relevante en la sociedad. Nos animó a perseverar en nuestro esfuerzo diario para que, cuando nos llegue el momento de repasar la labor realizada, podamos hacer nuestras las palabras de Max Aub: “Hice lo que pude”.

Espacio físico

Tras la obligada pausa de media mañana —ese cafelito rápido, con un cruasán para los más afortunados—, el jefe de Gestión de la Información de la consultoría especializada en arquitectura e infraestructuras Arup, Julian Diamond, nos invitó a repensar las bibliotecas para mantener activo su papel fundamental: transmitir cultura e información. Como no podía ser de otra forma, reconoció que el uso de las bibliotecas está cambiando, convirtiéndose en instalaciones multiuso, centros sociales para la comunidad, de manera que deben orientar sus servicios para responder a las necesidades cada vez mayores y diversas de los usuarios.

Como espacios sociales dentro de la comunidad, las bibliotecas deben ser espacios para archivo de materiales, pero también para la socialización. Situadas en el centro de la actividad social y económica de su área de influencia, deben ser espacios inclusivos en los que los servicios de control se tornen en servicios de asistencia y los bibliotecarios —trabajando conjuntamente con personal voluntario— actúen como facilitadores.

Aforo 8CNBPTransformadas en lugares de encuentro y puntos de fortalecimiento de la identidad local, las bibliotecas deben trascender los espacios bibliotecarios para ocupar otros espacios urbanos: parques, plazas… Y más aún, por cuanto la tecnología permite ofrecer servicios las 24 horas del día, los 365 días del año. Aunque para que ese espacio virtual resulte verdaderamente efectivo resulta imprescindible que las bibliotecas se esfuercen por reducir la brecha digital, no sólo proporcionando orientación o formación, sino facilitando acceso libre y abierto tanto al software como al hardware.

Tras esta extensa intervención, se sumaron al ponente en el escenario Ramona Domínguez, directora de la Biblioteca Pública del Estado en Salamanca; Pablo Parra, director de la Biblioteca Pública Municipal de Galapagar (Madrid); los arquitectos Ángela García (estudio Pedrosa) y Guillermo Sevillano (estudio Suma), para conformar una mesa redonda dirigida por el jefe de la Unidad de Arquitectura Bibliotecaria de la Diputación de Barcelona, Santiago Romero.

Tal vez por tratarse de profesionales pertenecientes a un ámbito diferente del nuestro, resultaron muy llamativas las intervenciones de los arquitectos, que aportaron un interesante análisis de las tendencias socio-urbanísticas para identificar las nuevas funciones exigibles a las bibliotecas, de cara a su integración como motor en el cambio de las ciudades:

  •       crecimiento de las ciudades, su desarrollo urbanístico;
  •       expansión descontrolada, generando paisajes muy diferentes;
  •       envejecimiento creciente de la población, especialmente en las sociedades desarrolladas; y
  •       mayores expectativas de inclusión y empoderamiento.

Desde su punto de vista, esto exige que las bibliotecas se instalen en edificios significativos de diseño que las identifique, espacios multiuso ubicados en el centro de la vida comunitaria, en los que se tenga presente el acceso inclusivo (transporte, zonas verdes…). La logística robotizada y el almacenaje digital liberarán espacios, cuya adaptabilidad e  hibridación —algo que resulta común en las pequeñas bibliotecas rurales y paralelo a la hibridación de servicios— redundará en beneficio de los usuarios, aunque lo cierto es que la flexibilidad total de los espacios no es posible. Pero es evidente que asistimos a una evolución en el que las bibliotecas están pasando a ser, más que templos comunitarios —abandonado definitivamente el concepto de espacio selecto—, lugares cálidos e intimistas. Por otro lado, las tecnologías están difuminando los límites entre lo físico y lo virtual, como demuestra la creciente interacción entre los edificios y sus habitantes, lo que abre enormes posibilidades para las bibliotecas, que deben ser contempladas como una habitación de esa gran vivienda que es la ciudad.

La implantación de servicios bibliotecarios en otros espacios —se mencionaron modelos como los puntos de lectura en instalaciones médicas o los QR en medios de transporte para la libre descarga de contenidos—, la regeneración del tejido social en espacios deteriorados mediante bibliotecas móviles, la concepción de las bibliotecas como incubadoras de pequeñas nuevas empresas… y otras muchas ideas mencionadas durante las intervenciones subrayaron la función social de la biblioteca, cuya integración en los servicios sociales de la ciudad demandaron.

El diseño de nuevas bibliotecas y la implementación de sus servicios es algo que no debe realizarse al margen de los técnicos bibliotecarios —como lamentablemente aún ocurre en muchas ocasiones— ni debe quedar exclusivamente en nuestra manos, pues en realidad es una tarea de ingeniería social en la que el estudio previo de las necesidades reales y la intervención de todos los agentes implicados (bibliotecarios, arquitectos, urbanistas, sociólogos, interioristas, publicistas, vecinos, cooperantes…) evitarán los riesgos de fracaso o de gentrificación.

Entre los nuevos espacios bibliotecarios tienen cabida algunos para usos informales (lectores que se tiran al suelo o se tumban en un butacón, que comen o beben…), aunque obviamente  no en todos los espacios se pueden dar todos los usos. La combinación del sentido común con la flexibilidad normativa y de usos facilitarán que el usuario sienta la biblioteca como algo suyo, más personal. Este punto del debate derivó hacia el problema del ruido, que en todo caso tiene solución en el empleo de mobiliario adaptado y el debido aislamiento acústico de los espacios. Y al hablar del mobiliario, se planteó la gran pregunta: ¿debe el bibliotecario estar anclado a un mostrador? No es estrictamente necesario que las bibliotecas cuenten con mostradores al uso, como vienen demostrando desde hace tiempo las tiendas de una conocida marca de equipamientos informáticos o, más recientemente, una entidad bancaria; pero en cualquier caso deben existir puntos para el encuentro de profesionales y usuarios, aunque sean abiertos y poco convencionales.

Interludio del Consejo de Cooperación Bibliotecaria

Al final de la sesión de la mañana y la vespertina tuvo lugar el comienzo de la sesión informativa del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, que inicialmente se dedicó a la presentación del II Plan Estratégico 2016-2018. Belén Martínez, de la Subdirección general de Coordinación Bibliotecaria, desgranó sus líneas estratégicas y objetivos generales, que se concretan en el siguiente decálogo:

  1. Promoción y fomento de las bibliotecas en la sociedad.
    1.     Impulsar el valor de las bibliotecas en el conjunto de la sociedad.
    2.     Promover una oferta atractiva de servicios que favorezcan un mayor impacto en la sociedad.
    3.     Extender la formación a usuarios de manera coordinada y promover la interacción.
    4.     Diseñar un modelo de bibliotecas inclusivas y accesibles.
  2. Sostenibilidad de los servicios bibliotecarios en el nuevo entorno informacional y social.
    1.     Promover la presencia de colecciones y servicios de las bibliotecas en el universo digital.
    2.     Fomentar la interconexión de catálogos.
    3.     Impulsar la presencia del patrimonio bibliográfico en la red.
    4.     Promover la evolución de las competencias de los profesionales de las bibliotecas con una formación adaptada a los diferentes perfiles.
  3. Evolución del funcionamiento del Consejo.
    1.     Mejorar la evaluación de los órganos del Consejo, teniendo en cuenta la nueva dinámica de funcionamiento de los mismos.
    2. Promover la implicación de los diferentes sectores bibliotecarios en la comunicación del CCB y en sus actividades.

Ya por la tarde Pilar Bes Gracia, coordinadora técnica de las Bibliotecas Municipales de Zaragoza, presentó las pautas para un Plan Local de Lectura elaboradas por el Grupo Estratégico de colaboración entre bibliotecas escolares y públicas, mientras que Isabel Cuadrado, jefa del Área de Planificación Bibliotecaria, presentó las novedades del servicio cooperativo de información Pregunte: las bibliotecas responden, cuyo nuevo diseño adaptativo facilita su utilización desde cualquier dispositivo con conexión a Internet.

Espacio virtual

Comenzó la segunda jornada del congreso con la intervención de Kathy Settle, directora ejecutiva del Libraries Taskforce británico, quien reflexionó sobre los retos planteados en el Independent Library Report for England. En él se propone el diseño de una única web para las 151 bibliotecas inglesas, con un catálogo y un carné único, superando así la diversidad hoy existente, pero siempre compatibilizando lo nacional con lo local, creando redes con otras entidades para que las bibliotecas se conviertan en sede de actividades locales. Aún más: en este momento las bibliotecas están planteando nuevas formas de interactuación con los usuarios, acercando la tecnología a las casas de los que no pueden acceder a la biblioteca o configurándose como lugares abiertos para el debate y encuentro intergeneracional. Sin embargo, honestamente reconoció que este tipo de acciones no están exentas de problemas y dificultades

A continuación Julio Alonso Arévalo, jefe de Biblioteca de la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca, desplegó ante el auditorio gran cantidad de aplicaciones móviles que facilitan el día a día del bibliotecario, desde la creación y edición de ebooks al préstamo de contenido digital e incluso la recopilación de noticias sobre temas de interés para su posterior difusión. Como explicó en su disertación, con estas y otras aplicaciones las bibliotecas pueden ocupar fácilmente el tercer espacio del aprendizaje —son el hogar y el puesto de trabajo los otros dos—, además de conectarlas mejor y de manera más efectiva a las personas. Las razones de que esto sea así pueden encontrarse en el poder que tecnología nos proporciona para alcanzar una tasa de actividad diaria de hasta 31 horas o en el creciente número de smartphones activos, que ya supera al de la población mundial.

Inmediatamente después tuvimos la oportunidad de distinguir la mera transformación digital —tan comúnmente mencionada— de la adaptación digital, mucho más compleja, integral. De manera ágil, dinámica, ingeniosa, divertida, real, educativa y estimulante Carlos Fernández, responsable de entornos digitales y medios sociales de Iberdrola y ex community manager de la Policía Nacional, ofreció una serie de consejos para aprovechar el potencial de las redes sociales. En su opinión, son redes egocéntricas que no es que nos hayan permitido llegar a la gente, sino que nos lo han exigido. Resultan sumamente útiles para generar confianza, pero eso exige la combinación de elementos como promoción, posicionamiento, inmediatez o visibilidad junto con un buen contenido —de, por y para la gente— que interese y que genere comunidad. Esto lo concretó en una interesante fórmula sencilla de recordar: I + U + I, es decir, hay que ser Interesante, ser Útil e Impactar (emocionar, cabrear, disgustar, gustar, divertir…, lo que exigirá buscar la empatía y la inteligencia colectiva, generar conversación, superar expectativas). Hay que arriesgarse, equivocarse, buscar y encontrar (o no) el don de la oportunidad, declaró.

A los anteriormente mencionados se sumó Nieves González, responsable del Área de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y de la Biblioteca de Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla —que previamente explicó cómo se mide el éxito en los medios sociales—, para configurar una mesa redonda en torno al espacio virtual en la biblioteca pública moderada por Javier Guallar, profesor de Información y Documentación y de Comunicación. En ella se planteó la necesidad de mantener la vinculación entre lo físico y lo virtual, trabajando en ambas realidades. Para ello es necesario —se apuntó— identificar unos objetivos, establecer estrategias y diseñar planes de acción que abarquen todos los canales, ya sean presenciales o no, desde los simples tablones u octavillas a las redes sociales. Esto no quiere decir —como señalaron algunos intervinientes— que haya que tener presencia en todas las redes, sino que debemos elegir aquellas que nos ayuden a alcanzar los objetivos propuestos, siempre y cuando los datos así obtenidos tengan utilidad real y sean bien gestionados sobre el principio de “Internet para las personas” frente al “Internet de las cosas”.

Esta segunda jornada matutina contó con hermoso broche a cargo de Glòria Pérez-Salmerón, presidenta electa de IFLA, y Emir José Suaiden, director del  Instituto Brasileiro em Ciencia e Tecnologia de Brasil, quienes dialogaron sobre la transformación de las bibliotecas en espacios de creación. Para éste, la corrupción es resultado de la carencia de formación e información por falta de bibliotecas, con modelos de circulación de la información elaborados en función de las necesidades de ciudadanos. Mientras, la española manifestó su fe en que el propósito de alfabetización total de la ONU para 2030 es posible si se cuenta con las bibliotecas.

Tras esta sustanciosa conversación llegó el momento de las comunicaciones. Mientras Florencia Corrionero, directora del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en Peñaranda de Bracamonte, expuso una experiencia real de modificación en el uso del espacio de la biblioteca, Juana Margarita Rodríguez Romero y María Luisa Azcárraga Urteaga, de la Biblioteca Pública del Estado en Madrid expusieron la suya sobre las posibilidades bibliotecarias de las tabletas electrónicas, después de que Núria Méndez Estradé y David Pérez Olivé, de la Unitat de Continguts de la Xarxa, y Núria Pi Vendrell, de la Secció de Tecnologies de la Informació —siempre de la Gerència de Serveis de Biblioteques de la Diputació de Barcelona— mostraran los nuevos servicios virtuales a través de dispositivos móviles implementados en la red de bibliotecas públicas municipales de aquella provincia. Del futuro se ocuparon Mario Aguilera, Director de la Red de Bibliotecas Públicas de Cornellà de Llobregat, y la consultora Maribel Riaza, quien propuso hasta 12 servicios de innovación tecnológica que las bibliotecas pueden prestar en su espacio físico para dar una mejor experiencia de usuario en la era digital.

Ana Ordás en 8CNBPPor su parte, la biblogtecaria Ana Ordás planteó la gamificación como estrategia para aumentar la participación y fidelización de usuarios en las bibliotecas públicas. Según sus palabras, la generalización de la tecnología digital y la avalancha de opciones y estímulos a los que somos sometidos hacen que la ciudadanía mantenga unos bajos niveles de participación y compromiso con las instituciones, lo que se refleja en las bibliotecas. El auge de la industria de los videojuegos, que consigue atraer en este contexto a millones de jugadores, ha despertado el interés por descifrar las claves que hacen que los juegos consigan ese nivel de enganche. Así, a través de lo que experimentan los jugadores se pueden re-descubrir los espacios de la biblioteca y para cambiar la forma en la que se interactúa con los usuarios. Pero la gamificación también es una herramienta muy útil para motivar hacia comportamientos deseados y la biblioteca tiene un marco conceptual muy apropiado, pues en ella se deben definir objetivos e indicadores para el análisis de resultados, todo ello y sin perder de vista la importancia de crear una experiencia significativa que emocione al usuario.

Premios

El último gran acto previo a la clausura del Congreso fue la entrega de los premios a los servicios digitales ofrecidos a los ciudadanos abierta y gratuitamente por bibliotecas públicas, convocados con la colaboración de SEDIC. Los galardones, en sus diferentes categorías, fueron para:

  • Bibliotecas en poblaciones de más de 100.000 habitantes, al proyecto Mapping de Las Palmas de Gran Canaria, que permite conocer la ciudad a través de su historia, arte y literatura mediante un mapa interactivo de manejo sencillo ideado desde la Biblioteca Pública del Estado.
  • Bibliotecas en poblaciones entre 5.000 y 100.000 habitantes, al proyecto Tesoros digitales de la Biblioteca Vila-Real, un espacio virtual  en el que —a través de dossieres literarios temáticos abundantemente ilustrados— se recoge amplia información, amén del propio texto en línea, audiolibros y películas inspiradas en estas obras, siempre pertenecientes al dominio público.
  • Bibliotecas en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, a la App de Bibliobuses de León, presentada en su momento en este mismo blog por nuestro compañero Roberto Soto, quien recogió entre aplausos y felicitaciones la distinción.

Talleres

La gran novedad de esta edición del Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas fueron los talleres impartidos en horario vespertino por diferentes especialistas. En la propia sede del evento se impartieron los siguientes:

  • Adaptación y mejora de los espacios (Santi Romero y Ester Omella, Sección de Planificación, Evaluación y Calidad de la Gerencia de Servicios de Bibliotecas de la Diputación de Barcelona). Tras indagar en cómo repercute en el edificio contenedor la incorporación de nuevas demandas para la biblioteca pública, se proporcionaron diferentes herramientas y se analizaron las diferentes fases, desde la planificación de los nuevos usos a la adaptación de los espacios.
  • Makerspaces (Arantza Mariskal y Jone Aztiria, Ubik – Biblioteca de creación de Tabakalera) . Se ofreció una serie de pistas para empezar la tarea de incluir la biblioteca en la cultura maker.
  • Aplicaciones móviles (Julio Alonso Arévalo, jefe de Biblioteca de la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca). Consistió en una demostración práctica sobre utilización, disfrute y aprendizaje de estas herramientas orientadas a la lectura, la investigación, la vida cotidiana y aplicaciones saludables.

Al mismo tiempo, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha la arquitecta Parina Vasilopoulou planteó un juego de rol para explorar nuevas estrategias de interacción para transformar transformar una biblioteca pública en un centro digital y físico de intercambio de conocimientos, un lugar en el que se pasa de la “colección” de contenidos a la “conexión” de personas que saben hacer algo con otras que quieren aprender a hacer algo, del “Do it yourself” al “Do it together”. La dinámica era sencilla: en un tablero estaban representados el bibliotecario y diferentes profesionales que hay o puede haber en una comunidad. Tres turnos de preguntas:

  •       ¿Querrías dar una charla sobre tu trabajo o negocio en la biblioteca?
  •       ¿Querrías hacerlo de forma periódica durante un tiempo?
  •       ¿Querrías hacerlo en tu propio negocio? (dadas las limitaciones de la biblioteca)

En cada caso cada profesional tiraba un dado que tenía tres respuestas: Sí, no y puede ser. Cada experto disponía de un minuto para argumentar la respuesta que le había asignado el dado. Si salía “puede ser”, el bibliotecario disponía de otro minuto para convencerlo. Una buena a la par que curiosa dinámica para conocer y dar a conocer más a los miembros de nuestra comunidad, y para que la biblioteca sea realmente ese laboratorio en el que —además de muchas cosas más— todos aprendamos de todos.

Punto final

Como suele ocurrir en estas ocasiones, durante estas dos intensas jornadas —en las que se sacó tiempo para visitar la Catedral, lña Biblioteca de Castilla-La Mancha u otros rincones de la ciudad, disfrutar de la capitalidad gastronómica que durante este año ostenta Toledo y la animada conversación con viejos y nuevos amigos— se refrescaron y reforzaron ideas que conocíamos, obtuvimos nuevas perspectivas y conocimos otras prácticas, todo lo cual se sustanció en las conclusiones que se hicieron públicas en el acto de clausura. También —¿por qué no decirlo?— se suscitaron nuevas dudas y saltaron algunas alertas. En todo caso, quedó constancia de la vitalidad e importancia de las bibliotecas en nuestra sociedad, lo que no es óbice para que resulte necesario renovarse y adaptarse a las nuevas demandas y necesidades de los ciudadanos, porque la biblioteca es un motor para el cambio.


Esta entrada ha sido redactada de modo colaborativo por Belén Benito, Felicidad Campal, Mercedes Carrascosa, Antonio Casado, Ana Ordás, Roberto Soto y Rafael Ibáñez.

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2 respuestas a «Repensando la biblioteca en el #8CNBP»

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