“La información médica siempre ha sido líder en la industria de las revistas científicas y de las bases de datos, pero antes el acceso a la misma era complicado y costoso.
La llegada de internet ha acentuado la hegemonía de este tipo de información tan importante para todos y al mismo tiempo ha democratizado su uso. Ahora podemos consultar miles de fuentes, gran parte de las cuales son gratuitas, aunque lamentablemente no todas son fiables.
El autor nos describe las webs más importantes que ofrecen información de salud de calidad, y al mismo tiempo pone de relieve la necesaria actuación de los profesionales (médicos y enfermeras) para validarlas y para actuar ellos mismos como canales de información. “
El uso tan extenso y masivo de Internet en los últimos años y el gran avance de las nuevas tecnologías ha permitido que la información en salud volcada en la Red se duplique cada año, pero en algo tan sumamente “sensible” como es el tema de la salud, ¿Cómo podemos distinguir un contenido fiable de uno que no lo sea?
Pablo Medina nos da una amplia visión en este libro por las principales fuentes de información médica siempre desde el punto de vista del paciente y sin olvidar que la mayor y fiable fuente de información médica es el personal médico al que acudimos.
Crítica personal
Número 6 de la colección de libros del Profesional de la Información y primero de ellos en mi biblioteca personal, el cual me despertó interés nada más saber de su existencia. Para mí es una guía esencial y muy completa sobre las principales fuentes de información médica en tan sólo 116 páginas.
La salud es algo que nos preocupa a todos y hasta no hace mucho tiempo, recurríamos a nuestro médico como única y principal fuente de información, pero con la expansión de Internet y las nuevas tecnologías, cada vez es más común navegar por la Red en busca de información médica. Pero como se plantea en este libro ¿Sabes dónde buscamos? ¿Todo lo que encontramos en Internet sobre salud es fiable? ¿Sabemos qué organismos, asociaciones y servicios disponen de información sobre salud en Internet?
El autor nos guía en el camino de esta búsqueda tan importante, como es la salud, a través de diferentes recursos de búsqueda como de recopilación de recursos de información médica, como es el caso de las bases de datos científicas que todo investigador en su centro utiliza para realizar estudios, búsquedas bibliográficas, presentaciones en congresos, etc.
Es tan importante que desde los organismos públicos como los hospitales, pongan a disposición de los pacientes esa información médica en Internet y aunque en España es algo que se va haciendo poco a poco, cabe destacar iniciativas tan interesantes como la web del Hospital universitario 12 de Octubre o el de la Clínica de la Universidad de Navarra.
Con el surgimiento de la web 2.0, empiezan las iniciativas en salud, tomando el nombre de salud 2.0 a modo de blogs, redes sociales, podcasts y otro material multimedia que se encuentra disponible en Internet y con la diferencia de que el usuario puede crear los contenidos. En este libro podemos encontrar un listado con los mejores blogs de salud y las redes sociales especializadas en salud.
Para resolver la cuestión planteada al inicio, saber diferenciar contenidos fiables de los no fiables en la red, Pablo Medina nos expone la utilización y el seguimiento de una serie de criterios para identificarlos, contemplados en el código Hon Code.
Con este libro aprendemos no sólo a identificar los contenidos valiosos de la información médica volcada en Internet, sino que conocemos muchos de los recursos que quizá podamos utilizar a lo largo de nuestra vida y no sólo desde el punto de vista del paciente sino también del profesional.
Hablando con el autor
A lo largo de los capítulos del libro siempre reseña que toda la información sobre salud que se encuentra en Internet no es fiable ¿Qué opina de toda esa información sobre salud que se puede encontrar en la red? En general, ¿la tomamos como verídica? ¿Como paciente/usuario cómo se podría identificar?
Difundir información médica supone un acto de responsabilidad en el sentido de que muchos pacientes pueden usarla para auto medicarse e incluso auto diagnosticarse, por eso, la difusión de información que no es precisa o cuyos autores no dominan el tema sobre el que habla es un riesgo, que puede tener consecuencias negativas en la salud pública. Dada esta situación, es importante que los pacientes vean cuál es la fuente de la información, que aprecien el estilo de redacción, que vean si hay referencias a revistas científicas, o a médicos o centros hospitalarios de referencia para así intentar diferenciar la información verídica de la que no lo es. Seguir los criterios del Hon Code puede ser útil para diferenciar este tipo de información.
Cree que con el uso masivo de Internet, sobre todo en los últimos años gracias a las redes sociales, los blogs y toda la diversidad de formatos disponibles en los que encontramos la información en salud ¿Ha disminuido el número de visitas a los médicos generalistas y especialistas? ¿La gente confía más en su médico o de lo que puede encontrar en la red?
Hay varios estudios que afirman que cada vez más gente confía más en la información médica difundida en la Red. Si la información difundida en la Red es verídica, esto no supone un problema. Pero incluso cuando esta información es 100% verídica, no hay que olvidar que el profesional de la salud que trabaja en un centro hospitalario es la mejor fuente de información médica de la que dispone el ciudadano, por eso es necesario que el ciudadano no deje de ir al hospital para solucionar sus dudas médicas.
Respecto a las redes sociales, se trata de herramientas muy útiles para que los pacientes entren en contacto con pacientes que sufren enfermedades similares; es decir, son buenas herramientas para compartir experiencias. Pero, en el mundo sanitario, cada paciente es un caso distinto, de ahí la importancia de que dichas herramientas sean vistas como buenas herramientas para compartir experiencias de salud, pero no como herramientas de documentación médica universales.
Y por último, en su libro habla de los casos de éxito de algunas iniciativas en salud 2.0 sobre todo en América. En España aunque actualmente existen algunas de estas iniciativas, ¿Cree que deberían realizarse más y que la gente las conociese y usase?
Todas las iniciativas de salud 2.0 que permitan reducir costes a los hospitales, agilizar los procesos y ayudar a la población a educarse más en los hábitos de vida saludables son buenas, y por tanto tendrían que promocionarse más. Sin embargo, a la vez, sería oportuno también que se formase a la gente en el uso responsable de este tipo de aplicaciones de salud 2.0, ya que las herramientas en sí son buenas, pero para que sean útiles para el paciente se hace necesario un uso responsable de las mismas por parte de estos últimos. Las ventajas que pueden aportar son numerosas, y sin duda son algo positivo para el sistema sanitario.
Editorial: UOC
Autor: Pablo Medina-Aguerrebere
Referencia bibliográfica: Medina-Aguerrebere, Pablo. Fuentes de información médica. Barcelona: UOC, 2012. 116 p. ISBN: 978-84-9788-556-0
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