Manzanas envenenadas, calabazas que se convierten en carrozas, cereales que se transforman en harinas con las que construir casitas de pan y pasteles… ¿Te has preguntado alguna vez que sería de los cuentos de hadas sin las plantas?
Este libro quiere convencerte de una gran verdad: los cuentos de hadas no son nada sin las plantas. Todas estas plantas tienen sus historias secretas y sus curiosidades…
Opinión personal
En las primeras páginas de este álbum ilustrado ya presientes lo bien que te vas a encontrar entre sus páginas. Grandes evocaciones a la naturaleza no sólo en sus textos sino en sus ilustraciones que hacen que desde el principio hasta el final te enganches y analices los cuentos populares desde otra perspectiva.
Unas ilustraciones que acompañan el mensaje y ponen el foco en los pequeños detalles, hacen de este álbum un imprescindible en cada casa tanto como para lectura individual como para una lectura en voz alta.
Con una mezcla de magia y biología, vas enlazando las historias de una manera diferente, divertida y muy dinámica. Un libro para descubrir más allá de la historia popular de un cuento clásico.
Hablando con la autora
(Mallorca, 1985). Es científica de formación (licenciatura y maestría en biología), escritora y comunicadora por vocación. Es autora del ensayo de divulgación La invención del Reino Vegetal (Ariel, 2015) y del álbum ilustrado infantil Cuéntame, Sésamo (A Fin de Cuentos, 2018). Aficionada a la fotografía y al diseño, a los idiomas y a la música, no cree en la división entre “Ciencias” y “Letras”.
Belén: Como bióloga de formación ¿Qué te llevo a esa conexión con la literatura?
Antes de decidirme a estudiar biología, ya escribía (existe una leyenda familiar que cuenta cómo de pequeña yo afirmaba querer ser una escritora famosa, jajajaja. Yo no recuerdo esa fase, pero sí conservo las libretas llenas de historias ilustradas que escribía desde chica). Crecí en una casa de científicos que eran, además, grandes lectores y aficionados a las artes, la literatura y las disciplinas humanísticas en general, así que mi amor por los libros me viene de lejos!
Aunque hoy en día haya quien los critique por reflejar los valores de sociedades distintas a las nuestras, creo que hay mucho por rescatar, reinterpretar, redescubrir… en los cuentos de toda la vida. Son, para empezar, una conexión directa con las generaciones que vivieron antes que nosotros; algunas historias llevan siglos, ¡incluso milenios habitando las psiques de la humanidad! Hemos volcado mucho de nosotros mismos en ellas, y son un reflejo de cómo nos hemos relacionado entre nosotros, y de cómo nos relacionábamos con el entorno, social y natural (como las plantas, claro, pero también los animales!). Y creo que esa es una riqueza que merece ser puesta en valor.
La cocina es el lugar donde el artesano creativo y el científico que vive en cada uno de nosotros pueden divertirse juntos: cocinar tiene su parte de protocolo de laboratorio (receta), y su parte de interpretación creativa, que dan como resultado —si todo va bien— un plato que puedes disfrutar con todos los sentidos. La idea, que tuvo Teresa y creo que fue excelente, es que el libro no fuese únicamente un ejercicio racional, algo que afectase solo a la vista y al cerebro, sino que trascienda las páginas y se convierta en algo material, práctico, divertido, y que pueda involucrar a todos los integrantes de la familia. Si luego puedes comerte el resultado, mejor que mejor…. y si encima tiene un punto sorprendente, como el rojo remolacha de las magdalenas, ya es imbatible.
¡Eso espero! La idea es sembrar curiosidades. No sé hasta qué punto una personita que se aproxime al texto ella sola se enamorará de las plantas tras haberlo leído (sospecho que más bien pocas, ay); pero si existe un mínimo de contexto familiar/escolar que pueda regar un poquito esas semillas de curiosidad… mi esperanza es que la semilla germine. Quizás no saque brotes de inmediato, pero las semillas son pacientes…
¡Sí! Estoy trabajando en un proyecto para lectores más mayores de cara al año que viene, y otro para público infantil justo a continuación, más otros dos proyectos que se me han quedado aparcados temporalmente… Jajaja tengo siempre más ideas que tiempo para desarrollarlas, ¡no doy a basto!
Hablando con el ilustrador
Jacobo Muñiz se define así: Me dedico a la ilustración desde hace casi quince años. Durante este tiempo he podido colaborar con un buen número de editoriales donde me encontré con seres humanos de todo tipo: dialogantes, intransigentes, enriquecedores, informales, apasionados… En medio de tanto vaivén, a veces es difícil mantener el norte, que consiste básicamente en tratar de hacer un trabajo que no convierta en un derroche el uso de la tinta necesaria para imprimir un libro ilustrado.
Belén: Como una apasionada de la ilustración que soy, tengo que hacerte esta pregunta ¿Qué te llevó a dedicarte a la ilustración? ¿Cuál fue tu primera obra o cual consideras más especial?
Jacobo
Empecé tras una etapa en la que estaba muy desorientado, entre otras cosas, con respecto a lo que me quería dedicar. Desde niño nunca había dejado de dibujar, aunque lo veía como una simple afición, o necesidad a veces, hasta que una de mis hermanas, que es bióloga, hizo amistad con un ilustrador al que también le apasionaban las aves rapaces. Ese ilustrador resultó ser Gusti. Ella me hablaba de su manera de pensar, de como le daba vida a las ilustraciones y me resultó tan fascinante que despertó en mí las ganas de intentar dedicarme a ello yo también. La primera obra a la que tomé un cariño especial es Como antes, de Ana Tortosa. Fue la primera vez que sentí que aprendía algo nuevo con cada dibujo y que apliqué una estrategia para afrontar la ilustración de las diferentes escenas.
Belén: Las ilustraciones de Cuéntame, Sésamo dan ese gran valor añadido al texto y el protagonismo biológico que requiere ¿Cómo definirías el estilo de tus ilustraciones? ¿Qué técnica es la que has utilizado?
Hay libros que nadie leería si no estuviesen ilustrados, pero este no es el caso de Cuéntame, Sésamo. Realmente, las ilustraciones son en gran medida fruto del trabajo en equipo porque las opiniones y aportaciones de Aina y de Teresa fueron determinantes. Mi principal objetivo era encontrar la manera de no restarle valor a un texto tan brillante y aprovechar la suerte de haberme visto implicado en un trabajo de tal calibre. Para ello traté de reflejar por un lado el esplendor del reino vegetal intentando representar las diferentes especies botánicas de manera que resultasen reconocibles sin caer en el naturalismo puro y duro y por otro la magia natural que desprenden los relatos de Aina evocando las imágenes de los cuentos clásicos que todos guardamos en nuestra memoria. En el libro aparecen también un estilo más «pétreo» y esquemático para la parte de los cuentos tradicionales y otro estilo más, que combina los dos anteriores, para la parte divulgativa. La técnica es digital.
La idea principal es una propuesta de Teresa, la editora. La portada de un libro es fundamental porque, a no ser que el lector haya llegado a él guiado por alguna reseña, es lo que va a llamar su atención en primer lugar en medio de la frondosa selva de títulos de las librerías. Mi idea inicial era dibujar una manzana muy grande rodeada de las especies vegetales que aparecen en los diferentes capítulos, por aquello de que la manzana es un fruto muy presente en todo tipo de relatos, tanto mitológicos como religiosos y tradicionales. Soy muy obstinado y al final cambié de opinión casi por obligación, pero ahora me alegro. Luego, la portada actual pasó por varias fases. Yo tenía en mente algo más sencillo pero, probando opciones, llegamos a la conclusión de que era mejor llenar la cubierta de elementos y colorido. Y creo que al final dimos entre todos con una buena opción.
El trabajo de ilustración, si te dedicas profesionalmente a ello, es muy variado y lo normal no es dar con proyectos tan interesantes como este. Ahora mismo, por suerte, tengo otras cosas en agenda, pero no alcanzan ni de lejos la intensidad e interés de Cuéntame, Sésamo. Sí me gustaría encontrar tiempo para ilustrar algunos proyectos, como el relato que escribió hace años un amigo mío sobre Joshua Slocum, el primer circunnavegador en solitario, y que se publicó hace años con el título de Los silencios del círculo aunque sin ilustraciones que, por cierto, no necesita tampoco.
Editorial: A Fin de Cuentos Autor: Erice, Aina S. Referencia bibliográfica: Erice, Ana S. Cuéntame, Sésamo: 9 historias sobre los poderes mágicos y reales de las plantas. Muñiz, Jacobo (il.) Bilbao: A Fin de Cuentos, 2018. 80 p. ISBN: 978-84-9463205-1
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