Quizás parezca un disparate o resulte sorprendente el título de esta entrada, pero al igual que las bibliotecas tienen o pueden tener un papel importante en la búsqueda de empleo de los usuarios, son susceptibles de ejercer un rol fundamental en otros aspectos de la sociedad. Sería una obviedad quizás hablar de la importancia que las bibliotecas pueden tener en la lucha contra la exclusión social, pero no quería dejar pasar la oportunidad de hablar de este hecho en concreto.
Las causas y las formas de exclusión son, por desgracia, muy abundantes, pero en este post quisiera centrarme de forma exclusiva en la participación que pueden tener las bibliotecas en la ayuda a los que por desgracia se han visto despojados del que quizás sea el bien material más preciado: su hogar.
Los profesionales de la información siempre estamos hablando de crisis en torno a las bibliotecas y a nuestro sector en general. Somos como el teatro, siempre estamos agonizando pero no terminamos de morir, afortunadamente. Pero más allá de nuestra crisis (provocada como siempre por las decisiones de aquellos que más nos desconocen y me atrevería yo a decir que incluso desprecian), hay una crisis global, una crisis que debería desembocar en un cambio de modelo y que estos últimos tiempos hemos visto plasmada principalmente en un hecho determinado: los desahucios.
Y después de leer estoicamente el panfleto que os he lanzado, muchos os preguntaréis: ¿y qué tienen que ver las bibliotecas con los desahucios?, ¿qué relación puede existir entre ambas cuestiones, aparentemente sin conexión alguna?
Pues bien, las bibliotecas, como parte importante de la sociedad y como servicio público que son y que siempre deberían ser, pueden hacer mucho por aquellas personas que han experimentado el horror y el terror de perder su hogar, su refugio. Y es esto lo que se está haciendo desde algunas bibliotecas públicas de Estados Unidos, que una vez más demuestran la estrecha conexión que tienen con los ciudadanos. Algunas instituciones que han participado en este tipo de programas son la San Diego County Library o Las Vegas-Clark County Library District y entre los pasos que han dado se encuentran:
- La colaboración con organizaciones sin ánimo de lucro.
- La organización de eventos/reuniones/charlas con personas que puedan ofrecer a los desahuciados información de toda índole:legal, dónde solicitar asistencia, qué opciones tienen si han perdido su casa o están a punto de hacerlo, asesores sobre posibilidades de renegociación de deudas, etc.
Es muy importante llevar a cabo una planificación y organización correctas para participar en estos programas o proyectos de alojamiento, por lo que pueden ser útiles algunos consejos previos como:
- No hay que pensar que las bibliotecas no pueden o no deben participar en acciones como esta porque «exceden» de su papel tradicional. Perdonad mi ignorancia, pero si alguien conoce cuál es ese rol tradicional, tan concreto y cerrado, que me lo haga saber, y sobre todo que me diga en qué documento con validez se explicita (y no, no me vale aquello de prestar libros).
- Las bibliotecas SIEMPRE deben suponer un servicio a la sociedad, formando parte activa de la ciudadanía y olvidando el concepto erróneo del depósito de libros (OJO, que nadie vea una crítica por mi parte a los servicios que ofrecemos tradicionalmente porque nada más lejos de la realidad).
- Las bibliotecas deben intentar ser capaces de anticipar las necesidades de los usuarios/ciudadanos, recopilando y organizando toda la información necesaria ¿quizás con los centros de interés?.
- ¿Cómo podemos participar en estas iniciativas en una época de recortes y más recortes? Es cierto que el reto es aún mayor, pero quizás pueden buscarse alianzas y acuerdos con otras organizaciones que puedan estar interesadas en realizar donaciones.
En este sentido, os puede resultar útil consultar la entrada sobre «Otros tiempos para las bibliotecas» de Alejandro García, el post de Julián Marquina «Las bibliotecas buscan nuevas formas de financiación e ingresos«, o el post de Sofía Möller sobre «Bibliotecas emprendedoras«.