En Biblogtecarios hemos hablado de bibliotecas de toda índole, pero hoy le toca el turno a unas bibliotecas que quizás no son demasiado visibles: las bibliotecas de instituciones penitenciarias. Si en muchas ocasiones se habla de la reinserción social y rehabilitación que debe suponer la cárcel para los reclusos, y sin entrar en otras valoraciones, la función de este tipo de bibliotecas se enfoca en esa línea, en facilitar la regeneración cultural de los reclusos y por tanto influir en su incorporación a la sociedad.
En el ámbito español, recomiendo consultar el documento elaborado por el Observatorio de la Lectura y el Libro, en el que se recoge una aproximación a las bibliotecas de centros penitenciarios y sus servicios, publicado en 2011. Ofrece datos cuantitativos y cualitativos de la situación de dichos centros, legislación vigente, aproximación histórica, etc.
El derecho a la información y el aprendizaje es un derecho universal y abierto a todos, por lo que los presos pueden tener el mismo interés en la lectura o en cualquier otro servicio de las bibliotecas que les ayuden a satisfacer sus necesidades de información. Podemos decir que la biblioteca de una institución penitenciara puede venir a ejercer el mismo rol que las bibliotecas públicas: fomento de la lectura, poner a disposición de los ciudadanos materiales que les permitan enriquecerse culturalmente, etc.
De forma más concreta, podríamos decir que los objetivos de la biblioteca penitenciaria deberían ser:
- Fomento de la lectura
- Apoyo a la formación permanente
- Estimulación del desarrollo intelectual, cultural y social de los presos
- Favorecer el desarrollo de actitudes de respecto y convivencia que facilitarán su vida en prisión pero también su adaptación a la sociedad una vez que estén fuera del centro penitenciario
Uno de los aspectos que pueden ser más controvertidos es la posibilidad de tener acceso a Internet. ¿Creéis que debe permitirse el libre acceso a este servicio?, ¿debería estar sujeto a un especial control? Si consultáis los detalles del documento que os comenté anteriormente, son muchos los centros que no cuentan con acceso a Internet, algo que podría resultar paradójico si tenemos en cuenta que algunos presos, especialmente aquellos con cierto poder fuera de la cárcel, tienen acceso incluso a smartphones y por tanto probablemente a Internet. ¿Es entonces una situación discriminatoria, o resultado de la desidia y el desconocimiento?
En otros países también se han hecho diferentes estudios e investigaciones sobre las bibliotecas penitenciarias, como por ejemplo los llevados a cabo por la ALA. Podríamos hablar aquí de muchos centros penitenciarios con bibliotecas, pero no he podido resistirme a hablaros del caso de una de las prisiones más famosas del mundo: Alcatraz.
En ella todos los presos contaban con un carné de biblioteca y existía un catálogo de biblioteca. Los libros eran entregados por un bibliotecario directamente en la celda de aquellos presos que habían hecho una petición de libro. Se dice que la biblioteca contaba con una colección de entre 10.000 y 15.000, por lo que podemos decir que se trataba de una colección de cierta importancia. Incluso los reclusos tenían la posibilidad de suscribirse a revistas, aunque existían limitaciones o censuras: temas como la violencia o el sexo eran eliminados de los materiales que se iban a prestar.
Y vosotros, ¿habéis trabajo o tenéis algún tipo de experiencia con este tipo de bibliotecas? Personalmente, hace ya varios años me ofrecieron la posibilidad de trabajar de forma temporal en una pero por diversas cuestiones fue un proyecto que no llegué a realizar, aunqeu seguro que hubiera sido una experiencia de lo más enriquecedora.