La reciente celebración del Día Internacional de la Mujer, que todos los años se conmemora el 8 de Marzo, como es sabido (consagrado en principio a las mujeres trabajadoras y obreras que ganaban el pan fuera de casa y más adelante a todas ellas, sin distinción) me ha animado a analizar una nueva tipología de bibliotecas: Las llamadas Bibliotecas de Mujeres.
Las bibliotecas de mujeres no son aquellas atendidas exclusivamente por personal bibliotecario femenino, ni las destinadas en exclusiva a usuarias de sexo femenino, sino aquellas bibliotecas y centros de documentación especializados sobre temas de feminismo, situación de la mujer y estudios de género. Surgieron a finales del siglo XIX, vinculadas al movimiento sufragista, cuando en EE. UU. y algunos países europeos se estaba reivindicando el Derecho al Voto Femenino y se constituían distintos colectivos para dicho fin. La creación de archivos y bibliotecas para guardar toda la documentación y las publicaciones periódicas y monográficas relacionadas con el movimiento en pro de los Derechos de la Mujer, fueron el siguiente paso.
La primera que surgió en Europa, allá por 1909, fue la Biblioteca Francesca Bonnemaison, de Barcelona. Lleva el nombre de Francesca Bonnemaison Farriols (1872-1949), «Doña Paquita», una feminista barcelonesa, nacida en el seno de una familia de la burguesía mercantil, vinculada también con la intelectualidad de la época (su marido era primo de Jacinto Verdaguer) y la Liga Regionalista. Fundó el Instituto de Cultura de la Mujer, donde se impartían cursillos para las mujeres trabajadoras, y, asociada a él, la Biblioteca Popular de la Mujer, la primera biblioteca de este tipo, para proteger el aún minoritario feminismo de la época así como para educar y cultivar a las usuarias de la misma. En principio estaba destinada sólo a las alumnas del instituto, pero en 1936 abrió para todas las interesadas (y en 1963 al público en general, ya bajo la gestión de la Sección Femenina). Aún existe, integrada actualmente en la Red de Bibliotecas Públicas de la Diputación Provincial de Barcelona.
Tras la apertura en España de aquella biblioteca pionera abrieron las bibliotecas de mujeres de Londres (1926) la de París (1931) y la de Ámsterdam (1935), y después en otras ciudades importantes.
Se considera que la «segunda época» de las bibliotecas feministas es la década de los setenta. En 1975 las Naciones Unidas celebraron el Año Internacional de la Mujer y aparecieron nuevos centros de este tipo en numerosas localidades, vinculados al cada vez más creciente feminismo que protagonizara aquellos años, ya desde mediada la década anterior. El «mayo francés», o del 68 inició una serie de procesos (incluyendo la revolución sexual y la reivindicación de la igualdad de la mujer, también en los salarios y condiciones laborales), y las bibliotecas de Europa no fueron ajenas a aquello. También en la España de la Transición, en los últimos años setenta y primeros ochenta, surgieron centros de documentación y bibliotecas dependientes de universidades, asociaciones, sindicatos, y de la naciente administración autonómica.
La más destacada fue la Biblioteca de Mujeres de Madrid, creada en 1985 por la bibliotecaria feminista Marisa Mediavilla Herreros, con la ayuda de la filóloga Dolores Robles Moreno. Ambas se dedicaron, con la desinteresada colaboración de numerosas compañeras, a organizar y enriquecer durante años una biblioteca con la finalidad de: Reunir la cultura y el saber aportado por las mujeres, en especial, en España; visibilizar sus aportaciones y difundirlas ante la sociedad, ser un lugar de encuentro y reunir y conservar la documentación del movimiento feminista. Se constituyeron en asociación y consiguieron recopilar 30.000 títulos, incluyendo documentación gráfica, literatura gris, prensa y publicaciones periódicas, y hasta colecciones especiales (calendarios, pegatinas, sellos, tarjetas, etc.).
Hace diez años, la Asociación Biblioteca de Mujeres donó todos los fondos al Estado, y desde entonces se encuentra bajo la custodia y gestión del Instituto de la Mujer. Físicamente se encuentra en el edificio del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo, actualmente Museo del Traje y Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico. Sus fondos se gestionan a través del SIGB AbsysNet, de la empresa Baratz, Servicios de Teledocumentación.
Además, el Instituto de la Mujer posee un Centro de Documentación propio, de libre acceso, ubicado en su sede central de la C./Condesa de Venadito. El catálogo de sus fondos también se puede consultar vía Absysnet, ya que -como el anterior- constituye un subcatálogo independiente.
Existe un cuadro tipológico. creado por la profra. Ana María Muñoz (UGR) y por Montserrat Argente (GenCat), que define cuatro tipos de bibliotecas de mujeres: Las que dependen de las administraciones públicas con competencias en el sector (es decir, la Estatal y la Autonómica); las de la Administración Local (Ayuntamientos, Diputaciones y Cabildos); las que dependen de asociaciones feministas (agrupadas todas en la Asociación de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres «María Moliner»); y por último las de las Universidades.
El habitual individualismo español hizo que funcionasen todas a su aire hasta 1993, en que -según indican las investigadoras citadas supra- la documentalista Maite Albiz (cuyo nombre lleva hoy el Centro de Documentación de Mujeres de Bilbao) impartió un taller sobre gestión documental durante las Jornadas Estatales «Juntas y a por Todas», que fue el origen de nuevos encuentros profesionales (Pamplona-1994, Madrid-1995), hasta que se constituyó formalmente, el mismo 1995, la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres, que -sin depender de ninguna administración- trabaja de manera cooperativa.
En el ámbito autonómico destacaré la Biblioteca y Centro de Documentación del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha. Tras una etapa inicial en el antiguo Colegio de Doncellas, actualmente tiene su sede en la toledana Plaza de Zocodover, y su catálogo web (también con AbsysNet) se puede consultar dentro del Catálogo Colectivo de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha. Se fundó en Mayo de 2007 y posee un fondo de once millares de títulos, dentro del cual destaca su colección infantil, su departamento de exposiciones, que prestan a las entidades que las soliciten, y su sección sobre Coeducación, de especial interés para los profesionales de la Enseñanza.
Para saber más:
Anitua Vallés, Estíbaliz… et al. «Bibliotecas de mujeres, unas grandes desconocidas». En Mi Biblioteca, Nº 9 , 2007, págs. 106-115.
Muñoz Muñoz, Ana M., y Argente Jiménez, Montserrat. «Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres ; cooperación entre las bibliotecas feministas españolas». En El Profesional de la Información. Vol. 19, nº 5, 2010, págs. 504-509.
Perfil en Facebook de la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres
Blog en WordPress de la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres
Web de la Biblioteca Feminista Virtual «Mujeres en Red».
Directorio Español de Bibliotecas de Mujeres
Catálogo web de la Biblioteca de Mujeres de Madrid.
Otras bibliotecas españolas de mujeres.
Otros centros de documentación de mujeres.
Genial aporte, con muchos accesos a información que no tenía registrada. Muchas Gracias.