Espacios de coworking, un servicio real en bibliotecas

Las bibliotecas públicas del estado de Arizona ofrecen, entre sus servicios, espacios para el co-working. Se trata de una iniciativa de la Universidad (ASU, Arizona State University) denominada The Alexandria Co-Working Network , una red que tiene como objeto ofrecer a las personas que lo necesiten espacios para colaborar, establecer contactos y localizar recursos de interés. Es una vía para dar soporte a emprendedores, creadores, innovadores, etc., que necesitan ayuda para desarrollar sus ideas pero que no tienen acceso a las herramientas necesarias. Los espacios son gratuitos y se ofrecen durante el horario de las bibliotecas. En ellos los usuarios pueden encontrar servicios como:

  • mentores expertos pertenecientes a la red de mentores de la ASU,
  • clases impartidas por «practicantes» de la Rapid Startup School de ASU,
  • y recursos físicos y digitales de las bibliotecas.

Las bibliotecas de Helsinki también ofrecen espacios gratuitos para trabajar y reunirse. Son las «Urban Offices«, zonas especialmente acondicionadas que disponen de impresoras, conexión a internet, mesas de reuniones con posibilidad de reserva e incluso, aparatos para hacer presentaciones (proyectores, etc.).

Bibliotecas como tercer espacio

Que las bibliotecas se utilicen como tercer espacio para el trabajo no es nuevo. Su especial ambiente las ha hecho idóneas para ello y, sin haberse configurado en la mayoría de los casos como un espacio o servicio específico, muchos usuarios han acudido a ellas para trabajar.

En la Jornada sobre empleabilidad de los titulados del futuro, organizada por la BUCM en julio de 2013, se preguntaban si había mejor ecosistema para el co-working y el emprendimiento que la biblioteca universitaria:

Lo que es necesario subrayar es que ofrecer un espacio de coworking es algo más que alquilar un espacio.

Su filosofía, según Manuel Zea en Living coworking reside en la comunidad, el compañerismo, el networking, el confort ….una cuestión de aptitud, compromiso y esfuerzo. Se trata por tanto, de una tarea más compleja que el simple hecho de ofrecer un espacio físico.

Como defiende Daniel Gil en su artículo Bibliotecas para trabajar publicado en Bauen, las bibliotecas tienen unas posibilidades inmensas en relación con la prestación de este tipo de servicios, pero sobre todo, disponen de un valor diferencial con respecto a otros terceros espacios: «disponen de un acceso privilegiado a una gran cantidad de fuentes de información, y están gestionadas por grandes profesionales.» Y su reto, en este sentido, es seguir generando valor.

Valores añadidos que aportan las bibliotecas como espacios de co-working

Es previsible que el futuro del co-working se expanda y se diversifique. Así que, sin ser un servicio propio u originario de las bibliotecas, sino (más bien una oportunidad) compartido con otros lugares como espacios públicos, instituciones culturales, etc., sí parece que pueda ser idóneo para desarrollarse en bibliotecas, que también se basan en los mismos valores y necesidades compartidas: la colaboración, la cooperación, la comunidad, la multidisciplinariedad, etc.

El informe del Grupo Estratégico para el estudio de prospectiva sobre la biblioteca en el nuevo entorno informacional y social, Prospectiva 2020: las diez áreas que más van a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años, presenta un área muy interesante para el desarrollo de las bibliotecas: su configuración como tercer lugar, en el sentido que hemos visto más arriba. Es decir, como espacio social de desarrollo del conocimiento capaz de ofrecer herramientas, actividades, experiencias y oportunidades de manera personalizada y/o colectiva. Sus valores añadidos:

  • su capacidad de servir a la comunidad, aportando identidad, y su relación en un espacio público en el que conectarse y relacionarse,
  • su fortaleza como puntos de conexión social, contribuyendo a mejorar la comunicación entre los miembros de una colectividad,
  • y su papel como lugar que ofrece de modo conjunto un espacio de socialización, de información y de conexión.

Oportunidades para bibliotecas universitarias y de investigación

Configurar espacios de co-working en bibliotecas universitarias y de investigación puede ser una forma de cubrir el hueco existente entre la enseñanza reglada y lo que necesitan las nuevas generaciones para desenvolverse en este S.XXI, es decir, una manera de educar a los emprendedores del mañana, según afirma en su artículo Rémy Cagnol. Serían ese tercer espacio entre su casa y las clases, que permitiría a los jóvenes llevar adelante proyectos propios, poner en práctica la teoría, aprender de comunidades de expertos, etc.

Desafíos

Si bien las bibliotecas pueden aportar un valor añadido relacionado sobre todo con el acceso al conocimiento que proporcionan, existen otros desafíos a los que hacer frente para que los servicios sean sostenibles, pues los co-workers buscan sobre todo esa red en la que apoyarse y conocer otras ideas sobre las que reflexionar. Por tanto, uno de los retos será buscar colaboraciones, ser capaces de ofrecer laboratorios de ideas, mentores, y de crear ecosistemas de creatividad e innovación. Esto es lo que se desprende de la entrevista a Lotfi El-Ghandouri, co-fundador de HUB Madrid, en Zona [co], quien define los espacios de co-working como bibliotecas de emprendedores.

Algunos casos

y más…

Bilandzic, Mark y Foth, Marcus (2013). Libraries as co-working spaces: understanding user motivations and perceived barriers to social learning. Library Hi-Tech, 31 (2).

Hamilton, Anita (2014). The public library wants to be your office. Fast Company.

 

Conclusiones

Lo más interesante en algunos casos, como el de Arizona, es que los bibliotecarios reciben formación específica de la universidad para ofrecer estos servicios y que las bibliotecas siguen cumpliendo su papel de garantes de acceso al conocimiento, pero en este caso, en el contexto de una economía colaborativa.

Pero sobre todo, el gran valor de estos espacios en las bibliotecas es la enorme fuente de conocimiento que suponen además de la posibilidad de conexión social en un determinado campo.

 

 

 

Ana Carrillo

Soy una convencida de la capacidad de las organizaciones para crear inteligencia colectiva cuando se potencian mecanismos para la innovación, la colaboración y la búsqueda de talento. En este blog hablo de aquellos temas en los que trabajo y de otros relacionados en los que estoy interesada: intranets, gestión del conocimiento, de la información y de la comunicación interna, inteligencia colectiva, social media interno, bibliotecas y otros.

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