La Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios e Instituciones (International Federation of Library Associations and Institution – IFLA) tiene aceptado el “Manifiesto de Alejandría sobre Bibliotecas: la Sociedad de la Información en Acción”.
Este documento encierra reflexiones sobre cómo contribuyen las Bibliotecas al desarrollo de una Sociedad de la Información, cómo instruyen para la libertad intelectual y promueve la diversidad. Asimismo, recoge una serie de peticiones que la IFLA hace a los gobiernos y organismos internacionales:
- Inviertan en las bibliotecas y servicios de información como elementos vitales dentro de sus estrategias, políticas y presupuestos para la Sociedad de la Información;
- Mejoren y extiendan las redes bibliotecarias ya existentes para el mayor beneficio posible de sus ciudadanos y comunidades;
- Promuevan el acceso abierto a la información y afronten el problema de las barreras estructurales y de otro tipo al acceso; y
- Reconozcan la importancia de la alfabetización informacional y apoyen vigorosamente las estrategias para crear una población alfabetizada y competente que pueda avanzar y beneficiarse de la Sociedad de la Información global.
Este manifiesto viene avalado también por decenas de resoluciones de organismos como la UNESCO, IFLA, Consejo de Europa, y otros, que resaltan el papel de las bibliotecas como impulsoras de los derechos ciudadanos y los valores democráticos. Algunos de estos documentos son: Hacia una sociedad lectora. Declaración de Londres (1982), Declaración de Caracas sobre la biblioteca pública (1985), el Manifiesto IFLA/UNESCO a favor de las bibliotecas públicas (1994), la Declaración de Copenhague sobre el papel de las bibliotecas públicas (1994), Resolución del Parlamento Europeo sobre el papel de las bibliotecas en la sociedad moderna (1998), etc. Dichos documentos, entre otros muchos, nos sirven de fuente de inspiración para el enfoque que pretendemos reforzar: la difusión de los conocimientos. Sólo de este modo las Bibliotecas garantizan el derecho de los usuarios a buscar la información que deseen.
En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás.
Jacques Benigne Bossuet