Los códigos QR en la biblioteca

En la biblioteca del Campus de Bellvitge del CRAI de la UB tenemos unas guías de usuario muy elaboradas pero poco consultadas. Para solucionar esta falta de consulta, pensamos que los códigos QR podrían ser una buena herramienta para promocionarlas, ¿por qué?

Bien, nuestros usuarios vienen a la biblioteca a varias cosas pero, cuando se trata de buscar bibliografía utilizan básicamente 2 métodos:

  1.  Me pillo la bibliografía del profe, miro el numerito en el catálogo, me voy a la estantería y le echo un vistazo
  2. Voy al mostrador y pregunto: ¿Qué tenéis en la biblioteca sobre cirugía del pie? A lo que nosotros les remitimos a la estantería y allí seleccionan.

Aprovechando esta manera de funcionar, pensamos… ¿dónde van los usuarios a consultar? ¡A la estantería! Pues bien, acerquemos los recursos virtuales a los físicos para que los usuarios lleguen a ellos. Así que, en la misma estantería, les colgamos los códigos QR con el mensaje: “Queréis consultar más recursos de Podología”.

Código QRBien, lo que parecía una gran idea se ha convertido en uno de los múltiples letreritos que tenemos colgados por la biblioteca y que parece que nadie entiende.

Para ser sinceros, os diré que una vez vi a un usuario enfocando con el móvil el código. Indescriptible la emoción que sentí 🙂

Entonces, ¿qué hacemos mal? Desarrollamos buenos productos para nuestros usuarios, dedicamos horas al estudio de recursos, se invierte dinero en ofrecer lo último de lo último, pero… ¿realmente nuestros usuarios necesitan estos servicios? No sabría decir si somos nosotros que no sabemos llegar a ellos o simplemente es que montamos servicios que no les son necesarios.

QR formación de usuarios¿Alguno de vosotros tiene la respuesta? ¡Porque me sentiría enormemente agradecida de conocerla! Ahora también hemos introducido los códigos QR para promocionar nuestra presencia en las redes y los cursos de formación que ofrecemos… Sigo sin ver a nadie apuntarles con el móvil 🙁

A veces tengo la sensación que perdemos de vista las necesidades de nuestros usuarios y nos liamos con proyectos que nos gustan, pero que no acaban de encajar con lo que ellos quieren.

De todas maneras, la idea sigue pareciéndome buenísima, aunque a nuestros usuarios parece que no 😉

Amanda Marín

Empecé como gestora de proyectos en una de las empresas del sector bibliotecario, trabajé como autónoma durante 3 años y ahora combino mi trabajo en la Universidad de Barcelona con funciones de community manager como freelance. Este blog pretende ser reflejo de las reflexiones que, desde mi punto de vista no siempre muy ortodoxo, debemos hacernos los profesionales del sector.

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