Exposiciones virtuales

Estos días ando un poco liada con mil cosas, pero básicamente son 3 las que ocupan mis horas:

  1. Trabajo final del Máster en Gestión de Institución y Empresas Culturales
  2. Preparar e impartir formación sobre exposiciones virtuales
  3. Preparar e impartir formación sobre trabajo en equipo 2.0

Y parece mentira que, aunque pueda parecer un poco extraño, todo esté sumamente enlazado y relacionado, entre sí e incluso con mi trabajo.

Visualizing Amsterdam SMS messages
© Aaron Koblin. Visualizing Amsterdam SMS messages

Cuando empecé a investigar sobre exposiciones virtuales pensé que habría muchísimo material publicado y que encontraría, sin duda, material suficiente. Mi sorpresa fue comprobar que no es así. Sobre exposiciones virtuales hay más bien poco, y mucho del material lo he ido elaborando sobre la marcha.

Como siempre, no hay nada que nos permita aprender más que enseñar a los demás, y creo que por eso me gusta tanto dar formación, porqué cada sesión es una experiencia nueva, diferente y sumamente enriquecedora.

Al ser una formación destinada principalmente a bibliotecarios, la he centrado especialmente en las exposiciones documentales, descubriendo y experimentando ciertos aspectos que creo interesantes comentar, por genéricos y por evidentes (tan evidentes que a veces los obviamos)
  1. Para elaborar una exposición virtual, debemos hacer una planificación tan meticulosa como para cualquier otro proyecto.
  2. La exposición virtual debe responder a unos objetivos, que determinarán el fondo a mostrar y el modo cómo lo mostramos.
  3. Una exposición no es una correlación de imágenes sin sentido, una exposición debería seguir una estructura narrativa y desarrollarse entorno a este eje narrativo.
  4. Una exposición debe explicar una historia y transmitir unas emociones.
  5. Una exposición virtual no debe intentar ser una réplica de una exposición física. El entorno es diferente y la aproximación a los fondos también.
  6. Las exposiciones virtuales se convierten, casi siempre, en exposiciones permanentes. Debemos mantenerlas vivas y actualizadas.
  7. Debemos prestar tanta atención a la conservación de los ficheros como a la preservación de los objetos expuestos en una exposición

Y como decía, no hay nada nuevo en todo ello, pero quizá por obvio conviene recordarlo.

Como siempre, el reto llega con el 2.0 Se trata de convertir una exposición en un proyecto interactivo, que interactúe permanentemente con el usuario, que se actualice y que nunca esté estático y, para mí, ese será el principal reto para los próximos creadores de exposiciones.
¿Cómo gestiono la exposición para que pueda recibir aportaciones del público sin perder el mensaje que yo quise transmitir cuando la creé?
¿Cuál es la mejor forma de incorporar los comentarios de los visitantes en la exposición? Por supuesto, cuanta más participación más creación, pero una exposición se diseña con el objetivo de mostrar ALGO concreto y, con la interacción del usuario, puedo perder ese ALGO. ¿Dejo que fluya o busco la manera de volver las aguas a su cauce?
Creo que son cuestiones que, próximamente, serán importantes y que deben tenerse en cuenta en el mundo de las exposiciones virtuales.
Bueno, son reflexiones que deberemos ir haciéndonos y, a poder ser, respondiendo, así que, bienvenidas todas las preguntas y respuestas 🙂
Por cierto, enlazo aquí la presentación que uso para la formación por si a alguien le puede ser de utilidad.

Amanda Marín

Empecé como gestora de proyectos en una de las empresas del sector bibliotecario, trabajé como autónoma durante 3 años y ahora combino mi trabajo en la Universidad de Barcelona con funciones de community manager como freelance. Este blog pretende ser reflejo de las reflexiones que, desde mi punto de vista no siempre muy ortodoxo, debemos hacernos los profesionales del sector.

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