Estos días ando un poco liada con mil cosas, pero básicamente son 3 las que ocupan mis horas:
- Trabajo final del Máster en Gestión de Institución y Empresas Culturales
- Preparar e impartir formación sobre exposiciones virtuales
- Preparar e impartir formación sobre trabajo en equipo 2.0
Y parece mentira que, aunque pueda parecer un poco extraño, todo esté sumamente enlazado y relacionado, entre sí e incluso con mi trabajo.
Cuando empecé a investigar sobre exposiciones virtuales pensé que habría muchísimo material publicado y que encontraría, sin duda, material suficiente. Mi sorpresa fue comprobar que no es así. Sobre exposiciones virtuales hay más bien poco, y mucho del material lo he ido elaborando sobre la marcha.
Como siempre, no hay nada que nos permita aprender más que enseñar a los demás, y creo que por eso me gusta tanto dar formación, porqué cada sesión es una experiencia nueva, diferente y sumamente enriquecedora.
- Para elaborar una exposición virtual, debemos hacer una planificación tan meticulosa como para cualquier otro proyecto.
- La exposición virtual debe responder a unos objetivos, que determinarán el fondo a mostrar y el modo cómo lo mostramos.
- Una exposición no es una correlación de imágenes sin sentido, una exposición debería seguir una estructura narrativa y desarrollarse entorno a este eje narrativo.
- Una exposición debe explicar una historia y transmitir unas emociones.
- Una exposición virtual no debe intentar ser una réplica de una exposición física. El entorno es diferente y la aproximación a los fondos también.
- Las exposiciones virtuales se convierten, casi siempre, en exposiciones permanentes. Debemos mantenerlas vivas y actualizadas.
- Debemos prestar tanta atención a la conservación de los ficheros como a la preservación de los objetos expuestos en una exposición
Y como decía, no hay nada nuevo en todo ello, pero quizá por obvio conviene recordarlo.