Tengo que decir que no soy muy fiel a Iwetel. La verdad es que normalmente las noticias que se difunden no son de mi interés y me genera muchísimo ruido en el correo. A pesar de ello, y por aquello de estar en todas partes, me resisto a eliminar la suscripción y sigo recibiendo el montón de correos poco útiles en mi buzón.
De vez en cuando pero, aparecen discusiones que merecen la pena o que llaman mi atención, y esto pasó hace unos días.
Alguien de la UAB pedía consejo sobre cómo convencer a un profesor de que el depósito no era un sitio accesible para los usuarios, y que debía pedir los libros al personal de la biblioteca. Vamos, que parece que el hombre estaba cabreado y quería, “tan si com no”, acceder al depósito.
Como siempre en Iwetel, las posiciones moderadas brillaron por su casi ausencia y surgieron unos cuantos exaltados defendiendo a capa y espada un absurdo como este. Vamos, ¡desde mi punto de vista! ¡Que quedó claro que no es el de todos!
Bien, esta discusión desde mi punto de vista estéril me llevó a escribir este post. No por meter más baza, sino por replantear ciertos principios aparentemente inamovibles.
- Depósito: pues sí, desde mi punto de vista es absurdo no dejar entrar a ningún usuario jamás y bajo ningún concepto. Es decir, entiendo el depósito como un espacio de trabajo interno, con los volúmenes ordenados de manera que se optimice el espacio, y bla, bla, bla… Pero, cuando un usuario tiene que consultar 20 volúmenes de forma superficial, por ejemplo, hacer una comprobación de exlibris, no es más fácil sacar una lista de los topográficos, explicarle como tiene qué buscar, y dejarle que lo compruebe? Por supuesto, no será un usuario desconocido ni será algo habitual, pero igual la consulta le llevará 45 minutos y si espera que se los subamos a sala de 3 en 3 le puede llevar dos mañanas enteras, no? Vamos, que no me parece tan descabellado!
Además de este, hay otros muchos temas replanteables desde mi punto de vista:
- Catalogación: ¡buff! Tema extenso y polémico donde los halla. Ya comentado en otro post de biblogtecarios. Pues eso, que seguro que es necesario complicarse tanto la vida?
- Uniforme: ya lo escribí en mi blog hace un tiempo (en catalán, pero el traductor de Google va de miedo para los que no lo entendáis). Si damos un servicio al usuario, me parece lógico que seamos fáciles de localizar: camiseta, peto, plaquita con el nombre, etc..
- Bares: la biblioteca es un lugar de acercamiento a la cultura, como los museos, los teatros, las salas de cine, las salas de conciertos, etc. Todos estos locales tienen un bar que explotan económicamente bajo cualquier tipo de licencia. Bueno, es un dinerillo extra, y más en los tiempos que corren, por qué las bibliotecas no tienen?
- Espacios de intercambio: sitios en los que no sea obligatorio estar en silencio y en los que se pueda debatir sobre política, el tiempo o el último libro leído. No hablo, por supuesto, de actividades preorganizadas, sino de un espacio en el que se permita compartir y generar opinión. Vamos, lo que decíamos aquí
- Otra que aún no he tratado. Es necesario leer sentado en una mesa? buff! Jamás se me ocurre coger un libro y sentarme a la mesa. Me puedo espachurrar en el sofá, en una hamaca o incluso en el suelo. Cuando estudio, normalmente paseo para memorizar, y cuando leo, lo hago apoltronada en cualquier sitio. Sólo me siento “correctamente” cuando tengo que trabajar con el sobremesa, porqué si es el portátil, tampoco 😉
Bueno, como veis, hay un montón de aspectos cuestionables o cambiables en las bibliotecas. No soy de las que hace turismo bibliotecario, lo siento. De hecho, tampoco soy usuaria de bibliotecas, pero .. Por la info y por mi puesto de trabajo, me da que nos las damos de modernos por lo del 2.0 y no somos capaces de romper con algunas de las tradiciones más rancias de nuestra profesión.
No sería hora de que algún valiente empezara a hacer las cosas de un modo radicalmente diferente? vamos, que el mundo cambia a un ritmo y, me da la sensación, que nosotros a otro. Quizá con directores de 30 años como mucho?
Pero, que sepáis, que me encanta este mundillo bibliotecario con ese puntito de tradición y ese puntazo de friquismo 😉
Y no quería cerrar, sin recomendar un artículo que me gustó y que me parece que puede venir al caso: “Es tu biblioteca innovadora” de Nieves González