Famosos y Célebres, apasionados por los Libros

wallyLos medios de comunicación nos bombardean continuamente con noticias de todo tipo sobre famosos, personas públicas, personalidades célebres y personajes que han adquirido cierta notoriedad por su participación en determinados programas de televisión, por su actividad profesional, por su talento y sus logros. A mí me soprenden positivamente algunas noticias que los relacionan con el mundo de las bibliotecas y del libro, ya que jamás los hubiera vinculado con actividades como la edición de publicaciones, con la animación a la lectura o con el hecho de ser los propietarios de algunas de las bibliotecas privadas más bellas del mundo. Los casos que se exponen a continuación sobre famosos y personalidades célebres, apasionados por los libros, me han sorprendido gratamente. Uno de los retos que me propuse conseguir con este artículo es reunir imágenes de famosos leyendo para demostrar que la lectura y los libros son un punto de unión común a todas las personas, independientemente de su profesión, personalidad, creencias o nivel social.

Nathan Fillion:  «Los niños necesitan leer»

Cuando el irresistible Richard Castle no está combatiendo el crimen junto a la Inspectora Becket, emplea parte de su tiempo en el fomento de la lectura. En 2007 co-fundó , junto al escritor de ficción canadiense PJ Haarsma, la organización sin ánimo de lucro Kids Need to Read, con el propósito de estimular la imaginación de los niños para conseguir libros en las bibliotecas con fondos insuficientes. Haarsma, en varias conferencias en centros educativos, descubrió que muchas bibliotecas no pueden permitirse la renovación de sus fondos bibliográficos. El proyecto surge con el afán de mejorar la vida de los niños proporcionándoles colecciones de libros inspiradores y la participación en programas de alfabetización destinados para escuelas de bajos recursos, bibliotecas y organizaciones relacionadas de Estados Unidos. Los fans de Nathan Fillion han jugado un papel importantísimo de sostén del proyecto desde los inicios a través del voluntariado, las donaciones y las actividades de recaudación de fondos. La idea surge de cómo el actor vivió su propia infancia. Sus padres le transmitieron el valor de la lectura, para el despliegue de la imaginación y el crecimiento personal. Por ello, considera que cualquier niño que quisiera leer debería poder hacerlo sin que la falta de recursos económicos constituya un impedimento.  En palabras de propio Fillion: «For me growing up, having books was like a ticket to ride. Even now, if I didn’t have books, I wouldn’t have half the imagination I have. Things light me on fire when I’m reading. I really enjoy being transported…».

Kids need to read

 

Johnny Depp: «Editor ocasional»

El actor y músico estadounidense protagonista de Eduardo Manostijeras, Don Juan de Marco, la Novena Puerta, Piratas del Caribe y el extravagante Willy Wonka, lleva ya unos años como editor, gracias a un acuerdo firmado en 2012 con la editorial Harper Collins para crear el sello Infinutum  Nihil (del mismo nombre que su productora), con la finalidad de publicar obras que respondieran a sus gustos e inquietudes. Para 2015 estaba previsto un libro sobre Bob Dylan titulado The unraveled tales of Bob Dylan, escrito por Douglas Brinkley,  aunque de momento en la página oficial de la editorial figura únicamente la novela House of Earth, del músico del siglo XX Woody Guthrie, editada por el actor junto al propio Brinkley. Depp ha colaborado también junto a Joe Hurley y Keith Richard en la versión audiolibro de la autobiografía de este último titulada ‘Life’.

Junto con su recientemente adquirida faceta de editor, el actor es un ávido coleccionista de varias ediciones de un mismo libro y es aficionado a la literatura de T.S. Elliot, Rimbaud, Baudelaire, el galés Dylan Thomas  y el maestro del terror Edgar Allan Poe. Muestra también predilección por la generación Beat y en especial por Jack Kerouac.

Keith Richards: «Ratón de Biblioteca»

Su «satánica majestad» Keith Richard, guitarrista de la legendaria banda The Rolling Stones ha revelado a varios medios  de comunicación que su pasión secreta es ser un ratón de biblioteca. El rockero británico se declara un bibliotecario frustrado y por ello a sus 66 años ha comenzado a organizar concienzudamente su vasta colección de libros por el sistema de clasificación Dewey, empleado por algunas de las bibliotecas más importantes del mundo y actualizado por OCLC. Le interesa la historia de la II Guerra Mundial, los libros sobre el rock y la literatura de Bernard Cornwell y Len Deighton, materias de las que posee ejemplares singulares.

 

En su autobiografía ‘Life’,  creada con la ayuda de su amigo y periodista James Fox, ha revelado que incluso se planteó recibir formación profesional en biblioteconomía para gestionar los títulos que alberga en sus mansiones de West Sussex (Reino Unido) y Connecticut (Estados Unidos), pero aunque no ha llegado a ponerse a estudiar sistemáticamente, no deja de hacer apología de la lectura entre sus amigos y familiares, que siempre encuentran varios de los títulos que le apasionan en las mesitas de noche de sus habitaciones de invitados. Es un fiel defensor del papel armonizador de las diferencias sociales que la biblioteca pública ejerce en la sociedad con la frase «Cuando creces, hay dos instituciones que te afectan especialmente: la Iglesia, que pertenece a Dios, y la biblioteca, que te pertenece a ti. La biblioteca pública es enormemente igualitaria». La literatura fue el refugio de Keith Richard en aquella Inglaterra de Posguerra que le vió  crecer antes de descubrir el blues, según información publicada en ‘The Sunday Times’.  Junto a él, son varios los músicos constatados como ávidos lectores, como Ryan Adams, Carl Barat  de The Libertines, Mark Berninger  de The National o Simon Rix  de Kaiser Chefs, entre otros.

Houdini: «El mago coleccionista de libros»

En meses anteriores, escribía sobre la colección de libros de magia que el célebre pretidigitador Houdini (1874-1926) legó a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Sin extenderme mucho más, animo a realizar de nuevo la lectura de este artículo en el que el lector encontrará una faceta del escapista judío digna de admiración. Como señala en su obra  A Magician Among the Sprits (1924), a lo largo de su apasionante vida «había acumulado una de las bibliotecas más grandes del mundo de los fenómenos psíquicos, el espiritismo, la magia, la brujería, la demonología, los malos espíritus, etc., algunos de cuyos materiales se remontaban incluso a 1489. 

Houdini y Lincoln
Houdini y Lincoln

Luisa Álvarez de Toledo: «Archivera y Escritora de Novelas»

La conocida como duquesa roja por su oposición al franquismo y sus ideas republicanas, fue, además de tres veces Grande de España, la conservadora de uno de los archivos históricos privados más importantes de Europa. Dedicó gran parte de su vida a la conservación y catalogación del Archivo de la Casa de Medina Sidonia,  así  como a la creación de la fundación del mismo nombre en 1990, en la que reunió todo su patrimonio y se concentró en la investigación histórica. A lo largo de su vida cultivó el género de la novela y la historiografía con obras como Mi cárcel (recopilación de artículos periodísticos aparecidos entre 1969 y 1970 sobre su experiencia en prisión), Las vidas sin Dios (2004); Historia de una conjura: la supuesta rebelión de Andalucía, en el marco de las conspiraciones de Felipe IV y la independencia de Portugal (1985); Alcazar Quivir (1992); Política económica en los Estados de Medina Sidonia (1549-1587); El testamento político de España (1775) y Pedro Alcántara de Guzmán XIV Duque Medina Sidonia (1724-1779), entre otros.

Archivo de la Fundación Casa de Medina Sidonia
Archivo de la Fundación Casa de Medina Sidonia

José Saramago: «Generosidad bibliotecaria»

José SaramagoLa Univeridad  de Granada llegó a un acuerdo en septiembre de 2006 con el entonces escritor y Premio Nobel de Literatura José Saramago (1922-2010) para digitalizar y catalogar la Biblioteca particular de 20.000 ejemplares que el escritor portugués albergaba en su casa de Lanzarore (Canariasahora.com/EFE). Entre los ejemplares destaca una colección de Antonio Vieria cuya obra podría equipararse «a la de Bartolomé de las Casas en España, en cuanto al trabajo de denuncia que llevó a cabo sobre lo que ocurría en las Indias» durante la época colonial».

La colección,  accesible a través del OPAC de la Biblioteca Universitaria de Granada,  también incluye manuscritos personales del autor, como anotaciones literarias del escritor y comentarios sobre tesis doctorales que les remitían los estudiantes,  y se completa con aquellas obras que les fueron donando algunos escritores a lo largo de sus viajes por todo el mundo, algunas con una tirada muy reducida.

Bibliotecas de Famosos e Ilustres

Junto con los anteriores, son muchos los personajes públicos de ahora y del pasado que han tenido entre sus aficiones la lectura y el coleccionismo de libros, reuniendo, en sus casas y mansiones, bibliotecas singulares de muy diversos estilos. Se trata en muchos casos de los lugares donde surgieron las ideas que cambiaron el mundo, donde se transmitió el saber, donde otros libros fueron escritos, algunas de ellas depositarias de joyas bibliográficas únicas.

El diseñador Karl Lagerfield posee una de las bibliotecas privadas más extensas en su apartamento parisino, formada por 60.000 volúmenes, dedicados sobre todo a moda y arte. Sus estanterías son de acero y sus diferentes niveles están conectados con una escalera de caracol blanca. La mayoría de los libros están tumbados.

Biblioteca de Karl Lagerfield

El blanco victoriano predomina en la que posee la presentadora Oprah Winfrey y en la que el diseñador Ralph Laurent ha diseñado para su Apartamento de Nueva York, quizá con un corte más clásico en la primera.

Biblioteca de Oprah Winfrey

Las bibliotecas del cineasta Woody Allen y del escritor Jack London son el ejemplo de bibliotecas-estudio, preparadas para servir de apoyo a la actividad creativa. El autor de Colmillo Blanco construyó una estancia tranquila en el gran cottage donde él y su esposa Charmian habían vivido durante años, cuando se incendió en 1913 la casa de piedra que estaba construyéndose en su rancho de Soloma Valley.

Estudio de Jack London

Las hay con un diseño más clásico como la que poseen el cantante Sting, la de Rod Stewart en Beverly Hills y la del fallecido Michael Jackson en Neverland, ideales para leer plácidamente junto a la chimenea. En esta línea, la espectacular biblioteca del magnate del periodismo William R. Hearst (1863-1951), podría haber encajado en películas de fantasía como el Señor de los Anillos o Harry Potter. De hecho, su mansión de California era conocida como el Castillo Hearst con 56 habitaciones, 61 cuartos de baño, 19 salones, 127 acres de jardines, piscinas cubiertas y al aire libre, un cine, canchas de tenis, un aeródromo y el zoológico privado más grande del mundo. Hearst vivía en una suite gótica del tercer piso, cuya biblioteca albergaba 4.000 libros y 150 vasijas de la antigua Grecia, sensibilidad histórica, a priori, inusual en el inventor de la prensa amarilla. Además de como biblioteca privada, la sala era el despacho principal del magnate y se empleó como sala de juntas.

Biblioteca del 'Castillo Hearst' (California)
Biblioteca del ‘Castillo Hearst’ (California)

La actriz, productora y directora estadounidense Diane Keaton,  apuesta por una biblioteca con un diseño abierto y bohemio, en la que combina los libros con cerámicas y antigüedades en las estánterías. En lo alto, circunvalando las paredes, figura la frase: “The eye sees what the mind knows” (El ojo ve lo que la mente sabe).

Biblioteca de Diane Keaton
Biblioteca de Diane Keaton

Frank Sinatra y Agatha Christie optaron por una distribución sencilla y adapatada a los espacios de los que disponían, sobre todo en el caso de esta última que optó por estanterías a media altura que se integraban perfectamente con las características de la habitación escogida y permitían decorar con cuadros el resto de la pared.

Biblioteca de Agatha Christie en Greenway

Algunas parecen pequeñas bibliotecas universitarias como la de George Lucas. Se trata de la Biblioteca de trabajo por excelencia de un cineasta y empresario del celuloide. Varios actores y directores como Clint Eastwood, Alfred Hitchcock, Cecil B. DeMille y Steve Martin han consultado algunos de sus 27.000 libros y otros materiales, ya que el creador de la Guerra de las Galaxias, no solo mantiene colecciones de fotos y videos de una de sus sagas más conocidas, sino de muchos momentos de la historia del cine. No está abierta al público en general, aunque si se permiten algunas visitas esporádicas especiales y suelen frecuentarla los trabajadores de Lucasfilm.

Biblioteca de George lucas
Biblioteca de George lucas

Otras tienen la apariencia de librerías modernas como la de Neil Gaiman y la de Steven Pinker y Rebecca Goldstein, o de añejas librerías ‘de viejo’ como la del Profesor de Humanidades de la Johns Hopkins University, Richad A. Macksey. Es una de las más grandes de las expuestas aquí con 70.000 ejemplares entre manuscritos y libros. El profesor emplea dicha estancia incluso para impartir clase y realizar tutorías. Existe un documental que muestra su colección titulado A Rare Collection: Lessons Learned from Dick Macksey

Biblioteca del Profesor Richard A. Macksey
Biblioteca del Profesor Richard A. Macksey

También podemos encontrar bibliotecas inusuales y extravagantes, como la Casa-Biblioteca con motivos naúticos del escritor estadounidense Norman Mailer, uno de los innovadores en el periodismo literario junto con Truman Capote. Se trata de un apratamento de tres pisos plagado de estanterías. La «biblioteca de Jay Walker sobre la historia de la imaginación humana» (en Ridgefield, Conneticut) es otra de las bibliotecas que te hace soñar y evadirte, ya que tiene en su interior hasta una estructura que simula a un laberinto, inspirado en las  paradojas del artista M. C. Escher. La revista Wired la ha calificado como «la biblioteca más impresionante del mundo».

Biblioteca de la imaginación humana (Jay Walker)
Biblioteca de la imaginación humana (Jay Walker)

La historia ha dado y sigue dando ejemplos de grandes coleccionistas y bibliófilos, afición que se remonta a la Edad Media y que ha tenido varios momentos álgidos en el Renacimiento y a partir de la desamortización de 1836, cuando profesionales liberales como abogados, políticos o empresarios comenzaron a crear sus bibliotecas privadas. Algunos ejemplos de personajes históricos españoles que coleccionaron libros son Godoy, Cánovas del Castillo, Menéndez Pelayo, el Conde Duque de Olivares, los duques de Medinaceli y de Osuna, y el marqués de Jerez de los Caballeros, que en 1902 vendió su colección privada al  magnate norteamericano Archer M. Huntington.

Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos, ha pasado a la historia por más razones que por su actividad estrictamente política. Su colección de libros con tapas de cuero de todas partes del mundo, incluida la América Colonial, fueron en parte el origen de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, ya que el Congreso estadounidense decidió adquirir la colección del presidente en 1815 para refundar la Biblioteca, incenciada un año antes por los ingleses.

Se conocen algunos estudios de personalidades relevantes, como Sir Arthur Conan Doyle, autor de la saga de Sherlock Holmes, del cual también existe la recreación de su estudio en su casa-museo del 221B de Baker Street  (Londres), de George Washington  y del estadista británico Winston Churchill. Tras acabar este último su vida política, sus únicos ingresos llegaron a través de su producción literaria desde su estudio en la residencia Chartwell. Allí pasaba gran parte de las mañanas, desde las 8:00 horas y retomaba la estancia (llamada por él «la fábrica») tras la cena, a eso de las  10:30 u 11:00 de la noche, momento en el que dictaba a sus dos secretarios unas 3.000 ó 4.000 palabras antes de irse a dormir a las 2 ó 3 de la mañana.

Recreación del estudio de Sherlock Holmes (Londres)

El autor Neil Gaiman escribe a veces sus obras en uno de los sitios más bellos y relajantes que podamos imaginar. Se trata de del Gazebo, estilo Mark Twain que tiene en su jardín. Le resulta muy fácil encontrar la inspiración pues principalmente mira a los árboles de alrededor y a algún animal salvaje que en ocasiones merodea por allí. Está aislado de todo tipo de influencias externas, incluso del WI-FI.

Gazebo

Libros escuturales

Los libros no solo se pueden leer o coleccionar  sino que se puede hacer arte plástico con ellos, como las esculturas magistralmente talladas del taiwanés Long-Bin Chen, el cual utiliza los libros para crear todo tipo de formas escultóricas. No se trata de destruir una obra de arte para crear otra, ya que utiliza libros viejos muy deteriorados (no antiguos), revistas y periódicos. Con la elección del libro en papel como materia prima cumple el objetivo de dignificar el soporte tradicional, frente al surgimiento de la versión electrónica.

Retrato de William H. Macy, realizado por Long-Bin Chen

Referencias

Adrián Macías

Cofundador del Blog Dokumentalistas.com en 2010. Experto en la Sociedad de la Información y del Conocimiento. Investigador entusiasta de la Historia y la Cultura. Colabora en materias relacionadas con las bibliotecas, la archivística, la gestión documental y la historia de la documentación.

2 respuestas a «Famosos y Célebres, apasionados por los Libros»

  1. Realmente muy interesante el artículo Famosos y Célebres, apasionados por los Libros. Allí nos damos cuenta que una de las características de los famosos los caracteriza es que sin duda fueron personas muy buenas lectoras y yo diría que la lectura los condujo al éxito y a su imagen como famosos o célebres. De igual forma los llevó a formar sus bibliotecas especializadas en las áreas del conocimiento de su interés, dejando un legado para el patrimonio cultural para su familia o de la humanidad.

    1. Gracias Jorge. Para mí ha sido impresionante comprobar la belleza y la calidad de algunas de las bibliotecas que aparecen en este artículo. No podemos negar que la lectura es un placer universal. ¡Seguimos por aquí!

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