Las primeras plataformas de lectura electrónica surgen en Estados Unidos por los años ’90. En España, la permanencia al margen de las bibliotecas y la negativa, por miedo a la piratería, de la industria editorial a ceder los derechos de autor, ha retrasado la aceptación del nuevo formato hasta la primera década del siglo XXI. Hasta entonces, se digitalizaban los libros en papel y se ponían en libre acceso en formato PDF, lo cual ocasionaba a veces problemas de accesibilidad desde los dispositivos móviles, y se prestaban los eReaders como si se tratase de libros impresos.
Era necesario, pues, un cambio que permitiera el acceso a los contenidos electrónicos, adaptado a las necesidades de consumo de información de la Sociedad Red. eBiblio supone el salto cualitativo con el que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través de la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, aborda a partir de 2013, como parte de las acciones del Plan Estratégico 2013-2015, el compromiso de introducir contenidos bibliográficos digitales en las bibliotecas públicas españolas. La creación y puesta en marcha de este proyecto ha supuesto numerosas ventajas para el panorama bibliotecario español, ya que ha cumplido los deseos de muchos usuarios y bibliotecarios que reclamaban desde hace tiempo un servicio de lectura digital, versátil y multiplataforma; ha dado seguridad a las editoriales al reforzar la protección de los derechos de autor; ha enriquecido las relaciones de cooperación bibliotecaria con un formato innovador y ha democratizado el acceso a la lectura y la consulta de información.
Lo más novedoso es que rompe por completo con el paradigma anterior del eReader como objeto físico prestable, y concibe el libro electrónico como un objeto digital inmaterial, cuya lectura o consulta no depende de una plataforma en concreto. María Isabel Cuadrado Fernández y María José Fe Trillo, integrantes del equipo de eBiblio, ofrecen a través de este artículo publicado en la sección de Análisis del volúmen 24, nº 2 de Marzo-Abril de 2015 de EPI, una guía detallada del proyecto, en la que exponen las características de la plataforma y del servicio de préstamo, informan de las medidas de difusión llevadas a cabo desde el comienzo, e incluyen un alentador, aunque breve, aparato estadístico correspondiente a los tres primeros meses de funcionamiento.
En la plataforma se han cuidado los detalles, como la integración con los sistemas de gestión bibliotecaria; la inclusión de Qlikview como aplicación de datos estadísticos y la posibilidad de personalización con logos oficiales y secciones de enlaces y noticias. Desde su espacio personal, el usuario podrá gestionar cómodamente las peticiones de préstamo, reserva y devolución de libros electrónicos y audiolibros. El único inconveniente de accesibilidad que presenta, es que el eReader empleado tiene que ser compatible con Adobe DRM, por lo que de momento no podrá utilizarse el Kindle de Amazon.
Para los que estén interesados en ampliar la información de este artículo, se puede consultar su epígrafe de Difusión, donde enlazan el video oficial del Ministerio, informan de las iniciativas publicitarias y docentes de cada biblioteca y de los encuentros profesionales en los que ha sido presentado el proyecto.
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Cuadrado-Fernández, María-Isabel; Fe-Trillo, María-José (2015). “eBiblio, servicio de préstamo de libros electrónicos en bibliotecas públicas”. El profesional de la información, v. 24, n. 2, pp.176-184. http://dx.doi.org/10.3145/epi.2015.mar.11
Me parece descoherente, absurdo, algo que de verdad me parece incomprensible, que los lectores que tenemos un Kindle nos veamos privados de un adelanto tan excepcional como lo es tener acceso a la literatura electrónica mediante préstamo. Y menos se entiende esto cuando los soportes electrónicos de Amazon son los más populares.
Tendría poca gracia que me tuviera que comprar otro dispositivo para poder acceder al préstamo electrónico bibliotecario…
Creo que este problema se debería de solucionar en breve y te agredecería mucho cualquier noticia al respecto.
Seguro que si esto se solucionara, muchos lectores empedernidos como yo serían más felices.
Gracias por tu atención. Un saludo.
Emilio López
Sería fenomenal Emilio, aunque quizá lo que ocurre con el Kindle es que se trata de un formato propietario a pesar de su popularidad y salvo que la Administración llegue a un acuerdo con Amazon, dudo que por el momento apuesten por un formato propietario para sus e-readers. Más adelante, cuado la cultura de la la lectura electrónica esté más extendida quizá veamos algún avance en esto que comentas…