La Declaración de Lyon

En el año 2000 Naciones Unidas impulsó los llamados Objetivos para el Desarrollo del Milenio, un plan destinado a erradicar los más graves problemas de la humanidad —desde la detención de la propagación del VIH a la consecución de la enseñanza primaria universal— cuya fecha de vencimiento se sitúa en este 2015.

Sosteniendo manosEn julio del pasado año el Grupo de Trabajo Abierto sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas elaboró un nuevo documento —con 17 nuevos objetivos y centenares de indicadores— sobre el que actualmente están negociando los Estados Miembros para conformar lo que será el nuevo marco de desarrollo a partir del próximo año y hasta 2030. Entre dichos indicadores se menciona la garantía del “acceso público a la información y la protección de las libertades fundamentales, de conformidad con la legislación nacional y los acuerdos internacionales” (16.10).

Ante esta situación, la IFLA hizo un llamamiento para que la nueva agenda de desarrollo contemple políticas de acceso a la información para que todas las personas sean capaces de comprenderla, utilizarla y compartirla con el objetivo final de promover el desarrollo sostenible de sociedades democráticas. Dicha apelación se hizo pública el pasado mes de agosto durante el Congreso de IFLA con un documento —redactado en colaboración con socios estratégicos de los ámbitos bibliotecario y de cooperación al desarrollo— en el que defiende el acceso a la información como un factor clave para el desarrollo, pues facilita a las personas el ejercicio de sus derechos civiles, el aprendizaje y la aplicación de nuevas habilidades, la toma de decisiones y la participación en una sociedad civil activa y comprometida, en la creación soluciones a los retos del desarrollo, garantizando la transparencia y el buen gobierno y procurando un desarrollo sostenible.

Que los Estados Miembros de Naciones Unidas incluyan en la agenda de desarrollo posterior a 2015 este derecho al acceso a la información conforme lo manifestado en la Declaración de Lyon sobre el Acceso a la Información y el Desarrollo supondrá el reconocimiento universal del papel de las autoridades, los intermediarios de la información —bibliotecas, archivos, organizaciones de la sociedad civil, líderes comunitarios y medios de comunicación— y las nuevas tecnologías como medio de ejecución para la consecución de ese objetivo y garantizará la adopción de políticas y normas que aseguren la financiación, integridad, preservación y difusión de la información.

Durante las recientes Jornadas Españolas de Documentación la presidenta de la IFLA Donna Scheeder animó a los asistentes a difundir la Declaración de Lyon e impulsar su firma por parte de nuestras instituciones. El proceso es muy sencillo: es suficiente con contactar con la responsable de Política y Proyectos de la IFLA, Julia Brungs, incluyendo el nombre de la organización y el del representante autorizado, indicando si se concede permiso para hacer público el nombre de la entidad.

Pero nuestro esfuerzo no debe limitarse a este gesto. Los bibliotecarios debemos esforzarnos en demostrar día a día el gran valor de la contribución del acceso a la información en general, y las bibliotecas en concreto, al logro del desarrollo

  •  orientando los servicios bibliotecarios hacia la satisfacción de las necesidades informativas de los ciudadanos de nuestro entorno local,
  • ayudando a las autoridades a comprender dichas necesidades, y
  • apoyando los programas marco de ámbito nacional y local que apunten hacia objetivos de desarrollo.

Rafael Ibáñez Hernández

Colaborador en BiblogTecarios Bibliotecario en la Biblioteca Municipal. Curioso de las nuevas tecnologías (aunque ya no sean tan nuevas), pero empeñado en mantener los pies sobre el suelo.

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