Harper Collins y el límite de préstamos en libros electrónicos

Todo el mundo en la red ha hablado de Harper Collins así que ya deben quedar pocos que no se hayan enterado de que la editorial ha impuesto un límite de préstamos (26) en sus libros electrónicos, obligando a las bibliotecas a comprar de nuevo el libro cuando se alcance la susodicha cifra.

Cada libro sólo podrá ser leído por un usuario a la vez.

Teniendo en cuenta que el préstamo se haga por 15 días, esto quiere decir que la obra duraría -si se prestase continuamente- un año y algo menos de un mes.

Según Harper Collins «vender libros electrónicos a las bibliotecas a perpetuidad, si no se cambia, socavará el ecosistema del emergente libro electrónico, perjudicando su creciente canal de distribución, añadirá presión a las librerías físicas y finalmente conducirá hacia un decrecimiento de las ventas de libros y pagos por derechos de autor».

Library Journal recoge la carta abierta de la editorial a los bibliotecarios en la que explican que los libros electrónicos de Harper Collins tienen un 20% de descuento frente a su versión impresa y que se venden con un descuento adicional a las bibliotecas, lo cual opinan que compensa el hecho de que sólo se permitan 26 préstamos por libro.

En cualquier caso, no contentos con el límite de préstamos, quieren tener control sobre a qué usuarios se prestan los libros electrónicos para «honrar los derechos geográficos y territoriales de préstamo de los libros digitales, así como examinar y auditar políticas con respecto a la relación de los usuarios de libros electrónicos con la biblioteca». En otras palabras, que les permitan comprobar que los usuarios son gente que vive, trabaja o estudia cerca del área de servicio de la biblioteca e intervenir en las políticas de las bibliotecas.

También están en contra de que las compras consorciadas.

Los bibliotecarios ya se han planteado boicotear a la editorial pero no han tardado en darse cuenta que en esta batalla pierden más las bibliotecas que Harper Collins y que quejarse y no dar soluciones tampoco lleva a ninguna parte.

Recordar a todo esto que Macmillan y Simon & Schuster, dos de las editoriales más importantes de Estados Unidos, se niegan a vender libro electrónicos a las bibliotecas.

Brian Napack, presidente de Macmillan U.S., llegó a decir que teme que la gente consiga una tarjeta de biblioteca y no vuelva a comprar nunca más un libro.

No podría estar más de acuerdo con Annoyed Librarian cuando dice que «las editoriales actúan como si sus problemas fuesen las bibliotecas e Internet, cuando el problema es su anticuada estrategia editorial. Internet está aquí. La gente va a prestarse libros, si lo pones muy complicado, se volverán en tu contra y empezarán a hacerlo todo libre».

Si queréis seguir la discusión en twitter sobre este tema buscad el hashtag #hcod. LibrarianbyDay ha hecho una recopilación en su Delicious de noticias relacionadas.

Natalia Garea

Trabajo en una biblioteca académica en Londres. Espero poder desarrollar mi carrera profesional en el sector de la Información, viajar y aprender mucho.