Bibliotecas accesibles (por dentro y por fuera)

Accesibilidad universal¿Qué es la accesibilidad? Siempre tendemos a pensar en este concepto como algo uniforme y estático. Pero ha evolucionado con el tiempo. Por accesibilidad física entendemos la facilidad para acceder a un lugar, persona o cosa, realizada sin sobreesfuerzos, con seguridad y autonomía. La accesibilidad web es el conjunto de elementos que facilitan el acceso a la información web de todas las personas en igualdad de condiciones, independientemente de la tecnología que utilicen (ordenador, PDA, teléfono y otros) y de la discapacidad del usuari@.

En lo que respecta a las bibliotecas, es cierto que se ha avanzado mucho en la supresión de barreras arquitectónicas. El concepto de diseño para todos ha tenido mucho que ver en ello. La idea básica de este concepto radica en concebir o proyectar, desde el origen y siempre que ello sea posible, los entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, dispositivos o herramientas, de tal forma que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor extensión posible. Vemos que esta noción amplía el concepto de accesibilidad a cualquier colectivo con algún tipo de dificultad. Diversos textos, como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU hacen hincapié en la garantía de derechos culturales. Eliminar las barreras de la biblioteca es ya una realidad pero, ¿como podemos l@s bibliotecari@s garantizar la accesibilidad a los materiales?

Tenemos bastantes opciones, algunas no excesivamente costosas:

  1. Materiales de lectura fácil: Libros, documentos, páginas web, etc. elaborados con especial cuidado para ser leídos y entendidos por personas con dificultades lectoras de tipo transitorio (escolarización deficiente, trastornos del aprendizaje…) o permanente (senilidad, discapacidades sensoriales o psíquicas). Existen directrices de la IFLA para este tipo de materiales, que han de identificarse con un logo específico. Podéis acceder a un catálogo de libros de lectura fácil aquí.
  2. Apoyos y adaptaciones para la lectura física: Desde lupas aumentativas para usuari@s con baja visión, a pinzas y pasapáginas automáticos de distinta complejidad. Incluso las discapacidades más invalidantes cuentan con algún tipo de dispositivo que garantiza una lectura cómoda y placentera.
  3. Adaptaciones de hardware: Tal vez sea el campo que más rápidamente ha evolucionado. Cada poco tiempo salen adaptaciones nuevas. Desde los clásicos teclados de teclas más grandes, a los teclados personalizables con plantillas, teclados adaptados a una sola mano, ratones aptos para ser manejados con distintas partes del cuerpo (boca, mentón, movimientos oculares, soplido, aspiración) e incluso teclados accionados por láser para tetraplejias muy severas. En el catálogo de productos de apoyo del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas podréis encontrar una amplísima gama de productos para toda clase de necesidades. Además, sus cómodos filtros de búsqueda facilitan el acceso a la información de modo rápido y sencillo.

Para todos aquellos lectores que quieran profundizar en la accesibilidad para bibliotecas, recomiendo este magnífico manual editado por el IMSERSO, bajo coordinación del Centro Español de Documentación sobre Discapacidad. Me gustaría finalizar con una serie de ideas para garantizar y mantener la accesibilidad en tiempos de crisis:

  • Accesibilidad no solo es sinónimo de discapacidad. Hay muchos colectivos que pueden beneficiarse de los materiales accesibles en la biblioteca (ancianos, inmigrantes, etc.). Una biblioteca inclusiva, es una biblioteca más útil a sus usuari@s. Sean como sean ellos y sus circunstancias.
  • Implementar medidas de accesibilidad no es necesariamente caro. Un pequeño gesto puede marcar una gran diferencia. Ejemplos: crear una sinaléctica interna más accesible a todos los usuarios, imprimir etiquetas de materia en braille o realizar textos propios de lectura fácil para dinámicas concretas (que por ejemplo incluyan a usuari@s con y sin discapacidad). Introducir estos matices en las dinámicas de trabajo de las bibliotecas no cuesta nada, y transmite mucho: les estamos diciendo a nuestros usuari@s que nos importa contar con todos ellos.
  • Con nuestros usuari@s, al fin del mundo. Cualquier medida de accesibilidad que tenga prevista la biblioteca debe ser debidamente comunicada y publicitada, para que tod@s los usuari@s se sientan partícipes y orgullosos de ella. Es la mayor palanca con la que un bibliotecari@ puede contar. Una vez que hemos normalizado totalmente el derecho a la información, no hay vuelta atrás.

La accesibilidad es mucho más que una rampa para neutralizar escaleras… es un derecho, una lucha, una batalla que se gana día a día, detalle a detalle, también en las bibliotecas. Porque leer es vivir.

Laura Novelle

Documentalista, consultora, formadora e investigadora. Licenciada en Historia y Especialista en Gestión documental. He ejercido como docente en universidad pública y como documentalista (tanto en centros públicos como privados). Nací con discapacidad, por eso en este blog encontraréis aspectos relacionados con la accesibilidad, pero también sobre el libro y las bibliotecas, el proceso de edición, las fuentes de información y en general, sobre todas las implicaciones sociales de esta maravillosa profesión.

2 respuestas a «Bibliotecas accesibles (por dentro y por fuera)»

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