Llorar a lágrima viva

Con motivo del Día de la Biblioteca el pasado 24 de octubre, Librosfera  dio a conocer un proyecto de fotografía y bibliotecas inspirado en una narración de Stendhal de 1817 tras su visita a la Basílica de la Santa Croce de Florencia  y que plasmó en su libro Roma, Nápoles y Florencia.

Absorto en la contemplación de la belleza sublime, la veía de cerca, la tocaba por así decir.Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme.

Esta cita ha dado lugar al conocido “Síndrome de Stendhal”,  una sensación que experimentan las personas ante una gran obra de arte y que conlleva vértigo, aumento del ritmo cardíaco, obnubilación, temblor y desvanecimientos.

De hecho, muchas manifestaciones del arte, arquitectura, pintura, literatura y música tienen implícito ese componente pasional y vívido, tanto desde el punto de vista del receptor como del mismo autor.

La artista Paula Bonet  al respecto de sus ilustraciones afirma:

 En nuestras pieles quedan grabadas muchísimas experiencias, me gusta ir descifrándolas cuando me enfrento a dibujar una cara, una expresión o una actividad de lo más cotidiana.

La música, en esencia, también tiene esa fuerza y capacidad de crear y trasladar emociones y pasiones

When the music’s over (The Doors)

For the music is your special friend,
dance of fire as it intends,
music is your only friend,
until the end,
until the end,
until the end.

[youtube A7KRVAWx3nU]

Con las fotografías de Librosfera se nos transmite la pasión por los libros y las bibliotecas rememorando la sensación experimentada por Stendhal y sus efectos en 27 bibliotecas públicas de Barcelona que han colaborado en este proyecto.

Hay innumerables referencias al placer de la lectura y a todo tipo de sentimientos que provoca, del mismo modo que existe el amor incondicional por las bibliotecas como lugar que alberga, difunde y engloba el conocimiento humano.  La confluencia de ambas, lectura y biblioteca da lugar a interesantes reflexiones, algunas de ellas muy acertadas y cercanas.

Julián Marquina en su post Seduciendo al usuario de la biblioteca a través de las emociones  hace referencia al marketing emocional para “seducir a los usuarios a través de contenidos e historias que hagan ver a la biblioteca como un centro atrayente y encantador”.  Luis Miguel Cencerrado, por su parte, habla de la biblioteca como espacio de seducción capaz de provocar emociones, aludiendo a la lectura vinculada a sentimientos y experiencias vitales.

Juan Domingo Argüelles en su libro Si quieres… lee recoge algunas ideas que Fernando Pessoa plasma en el Libro del desasosiego. Escribe Argüelles:

Leer, como bien lo hace sentir Pessoa, no tiene que ser una rutina ni un hábito disciplinario. Leer es salir a la claridad, abandonar la estrechez de las páginas de un libro y, a partir del libro como pretexto, contemplar y recorrer los amplios espacios de una vida ancha que rebasa con mucho las palabras, los renglones, los párrafos , la mancha de esos papeles pintados. Leer como voluntad del pensamiento y la emoción: leer con todos los nervios y con todas las interrogaciones y las dudas del desasosiego. Eso es leer; no adorar los libros por ser libros (papeles pintados), sino porque son provocadores de todos nuestros sentidos.

Leer con todos los nervios, Llorar mares  y Llorar a lágrima viva, como escribió Oliverio Girondo  y que da título a este post.  Este poema de Girondo recuperado en mi memoria gracias al libro recopilatorio de Mar Benegas 44 poemas para leer con niños.  La relectura de este poema me trasladó repentinamente a la clase de la Facultad en la que lo escuché por primera vez en la voz de mi profesora de literatura hispanoamericana. Un flash back y una sensación extraordinaria.

[youtube 1ZCp0RHy-gk]