[#EPItecarios] ¿Qué está pasando con los estudios universitarios de Biblioteconomía y Documentación en España?

La lectura de este artículo nos lleva a la conclusión de que a pesar de vivir en una sociedad dominada por la información, no se ha dado de forma generalizada un alto número de interesados en cursar los estudios universitarios de información y documentación en cualquiera de sus niveles.  Destacándose un pico de crecimiento en los estadios iniciales, los diferentes ciclos académicos (incluyendo las diplomatura y licenciatura en extinción) han sufrido altibajos en las matriculaciones a lo largo de sus años de existencia, achacándose estos resultados  a debilidades como la escasa visibilidad de la disciplina en el conjunto de la sociedad, la situación económica actual del país y la subida de tasas de los programas de estudios.

En este trabajo, publicado en el número 6 de 2013 de El Profesional de la Información, los autores analizan la evolución y situación actual de los estudios de biblioteconomía y documentación en España en su tres ciclos académicos con el objetivo de revisar sistemáticamente su impacto en el conjunto de la sociedad, reflexionando sobre los retos a los que se enfrenta actualmente dentro del marco de Bolonia y formulando estrategias que permitan fortalecer tanto la disciplina académica como su dimensión profesional.

Como base para el estudio se han tomado las conclusiones aportadas en la reunión de la Red de Centros y Departamentos de Información y Documentación (RUID) celebrada el 1 de febrero de 2013 en la Universidad Carlos III de Madrid. Se han considerado los datos aportados por las Universidades referidos a la oferta de titulaciones, la matrícula y número de egresados en el último quinquenio, las tasas de abandono, la participación en  otras titulaciones y las fortalezas y debilidades percibidas. Cuando no se ha contado con la aportación directa de las instituciones de educación superior se ha consultado la información de organismos públicos como el INE; el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; comunidades autónomas; memorias académicas y servicios académicos universitarios. Además de ello, este trabajo se considera dedudor de los anteriormente producidos por Abadal, Miralpeix (en 1993 y 1999), Delgado López-Cózar, De-la –Moneda-Corrancho (en 2003, 2007, 2008 2010 y 2012) y Tejada Artigas (2013). Las información y aportaciones anteriores se ven en todo momento reforzadas por un ilustrativo aparato estadístico y un conjunto de tablas que organizan de forma aclaratoria la información referente a programas de estudios.

A través de un discurso que divide el artículo en epígrafes que se corresponden con cada uno de los niveles académicos en extinción y  propios de EEES, la principal línea expositiva consiste en señalar el grado de interés de los estudios de información y documentación para la sociedad, basándose en criterios cuantitativos de comparación de la cifra de alumnos matriculados en los diferentes cursos académicos, recogiendo los momentos de tendencia al alza y de descenso y en criterios de cambio extraídos de la observancia de las fluctucaciones y tendencias del mercado laboral. Se puede, en base a lo anterior, sacar reflexiones interesantes acerca del papel que los estudios del ámbito de la información y documentación están jugando en el conjunto de la sociedad.

En un primer momento, la diplomatura estaba orientada principalmente a la formación de profesionales destinados a cubrir plazas de funcionarios en bibliotecas públicas, lo cual era coincidente con el período de expansión que estas protagonizaron en la década de 1980 y 1990. Fueron tiempos prosperos y este creciente interés justificó la necesidad de la creación de un segundo ciclo bautizado como licenciatura en documentación que dio la oportunidad, además de a los diplomados del área, de obtener un título de licenciado a la mayoría de los diplomados de otras carreras universitarias, lo cual era en sí mismo un valor añadido que permitía, por un lado escalar puestos en el ámbito académico y, por otro, otorgaba a esta nueva licenciatura un carácter de formación transversal que completaba a otros planes de estudios cuyos profesionales tenían que trabajar indirectamente con la gestión de la información como abogados, historiadores, filólogos, humanistas y egresados en ciencias.

El grado en información y documentación (actual marco de referencia), perfilado en el Libro Blanco de la Aneca (2004) ha surgido con el doble objetivo de reflotar la demanda de esta opción académica, adaptándo la formación ofrecida a las nuevas condiciones  que caracterizan al mercado laboral en el que ha disminuido el volumen de empleo público (escasez de oposiciones) y progresivamente ha aumentado la oferta procedente del sector privado que requiere perfiles de gestores de la información con un gran componente de dominio de herramientas y aplicaciones digitales. Un ejemplo de ello es el plan de estudios del grado de información y documentación de la UOC con asignaturas como «Ingeniería del software», «Auditoría de información», «Redes Sociales», «Sociedad Red» y el eslogan «Formamos gestores de información para la sociedad del conocimiento». Observemos que ya no se refiere específicamente a la formación de bibliotecarios, archiveros y documentalistas, que han sido las salidas tradicionales de los estudios universitarios de documentación y por esta misma razón no se encuentran asignaturas específicas de catalogación en dicho plan de estudios.

El nuevo marco educativo EEES ha traído como novedad los títulos de máster oficial que según el artículo 10 del RD 1393/2007 cumplen el papel de proporcionar a los graduados «una formación avanzada, de carácter especializada o multidisciplinar, orientada a la especialización académica o profesional, o bien a promover la iniciación de tareas investigadoras». Predominan las titulaciones generalistas con enfoque digital y las de information management, siendo un 51% del totalen modalidad online o semipresencial. El reciente RD 99/2011 ha introducido un cambio fundamental que ha favorecido que los titulados de máster puedan continuar con los estudios de doctorado, ya que se ha eliminado la distinción entre masters profesionales y masters de investigación y la tendencia actual es que se pueda acceder a los estudios de tercer ciclo desde cualquier máster oficial.

Con esta perspectiva más optimista respecto a las enseñanzas de segundo ciclo y tercer ciclo, cabe platearse algunas de la reflexiones finales que recogen los autores del artículo. Una de ellas es la necesidad de que la sociedad en su conjunto y los empresarios en particular (re-)conozcan el papel fundamental de los profesionales de la información, lo cual actualmente sigue siendo un reto no conseguido dada la falta de atracción generalizada que ejercen estos estudios. Quizá sea un buen momento para replantearse si sería más adecuado que los estudios de documentación estuvieran solo disponibles a partir de segundo ciclo, lo cual ya fue planteado en 2010 por Delgado-López Cozar y De-La-Moneda-Corrancho cuando las matrículas de la diplomatura disminuyeron en favor de la licenciatura, inciada en el curso 2004-2005.

Finalmente, cabe tomar nota de las medidas para el cambio y el fortalecimiento que fueron planteadas en la reunión de RUID (celebrada el 1 de febrero de 2013 en la Universidad Carlos III de Madrid):

  • Acciones dirigidas a mejorar las enseñanzas impartidas, como una revisión y actualización de los planes de estudio de los grados en información y documentación (…)
  • Asímismo, revisión de la oferta de posgrados de especialización, dirigidos a estudiantes del área, a profesionales y a estudiantes de otras áreas.
  • Mayor seguimiento tutorizado de los estudiantes para prevenir el abandono.
  • Alianzas estratégicas con otras áreas.
  • Acciones de marketing para llamar la atención de la empresa privada por la disciplina.
  • Acciones dirigidas a desarrollar la imagen de marca de la profesión en el conjunto de la sociedad.
  • Unido a lo anterior, acciones para aumentar la visibilidad en Internet, particularmente en las redes sociales.
  • Labor conjunta de promoción por parte de la Universidad y el tejido asociativo.

EPI-2013_Ortiz-Repiso-Virginia

Ortiz-Repiso, Virginia; Calzada-Prado, Javier; Aportela-Rodríguez, Ivett M. (2013). “¿Qué está pasando con los estudios universitarios de biblioteconomía y documentación en España?”. El profesional de la información, noviembre-diciembre, v. 22, n. 6, pp. 505-514. http://dx.doi.org/10.3145/epi.2013.nov.02

Adrián Macías

Cofundador del Blog Dokumentalistas.com en 2010. Experto en la Sociedad de la Información y del Conocimiento. Investigador entusiasta de la Historia y la Cultura. Colabora en materias relacionadas con las bibliotecas, la archivística, la gestión documental y la historia de la documentación.

16 respuestas a «[#EPItecarios] ¿Qué está pasando con los estudios universitarios de Biblioteconomía y Documentación en España?»

  1. Estamos viviendo unos años muy duros en cuanto el acceso al empleo, las ayudas para poder estudiar son cada vez más reducidas, por tanto son menos los que van a elegir unos estudios superiores, y entre estos, la elección no se va a tomar tan a la ligera como hace unos años. Ante estas circunstancias, está claro, que el peso de las salidas va a cobrar vital importancia a la hora de que alguien se decante por unos estudios u otros, y en eso, por muy bonito que se pinte, los estudios en Información y Documentación no creo que esten muy bien situados, no conozco datos (aunque sería interesante) sobre el índice de titulados que han ejercido después en la profesión al margen de becas y prácticas, la sensación es que este índice es muy bajo. Otra sensación es que las facultades se desentienden totalmente de proteger el acceso al mercado laboral de su alumnado, repito, solo son sensaciones. Pero bajo mi punto de vista creo que el futuro de los estudios en Información y Documentación pasa por proteger y asegurar dentro de lo posible un nicho del mercado laboral.

  2. En mi opinión, la salvaguarda de las salidas profesionales corresponde en mayor medida a la acción de los colegios profesionales que a las instituciones académicas. Por otra parte, resulta difícil de abarcar el futuro inmediato de un sector que integra en España a profesionales de diversas titulaciones, que además las últimas salidas porfesionales surgidas (caso content curator, community manager) dependen más de la innovación, iniciativa personal y de la fusión de habilidades que de los títulos reglados y contando con que la empresa privada aún no se ha enterado del papel que cumplen los profesionales de la información y por tanto no termina de acertar con los requisitos que debe pedir en las ofertas de empleo. Si estuvieramos en un país en el que se pirmara más la innovación y la iniciativa sobre los títulos otra cosa sería, pero España es así… El estado del sector está en construcción y la crisis ha contribuido en parte a ello, cambiando la balanza de lo público a lo privado y por ello estamos empezando de nuevo, lo cual implica entre otras cosas la idoneidad de cambiar nuestra forma de pensar orientando nuestros pasos hacia las oportunidades en la empresa privada y por que no el emprendedurismo, en lugar de unas oposiciones que quizá no volverán o tardarán mucho en hacerlo…

  3. Con el modelo productivo que hay dudo mucho que haya muchas oportunidades laborales en el sector añádase la crisis y ya apaga y vámonos. De las oposiciones olvidate. Este año se han convocado porque es año electoral.

    1. Estoy de acuerdo Pepe, la cosa pinta muy negra para los puestos públicos y las salidas de siempre, aunque tenemos que aprovechar la oportunidad para reinverntarnos y comenzar a utilizar la base de conocimiento adquirida en la universidad para aportar soluciones que optimicen la eficacia y eficiencia de la empresa…

      Saludos

  4. Y además, y lo sé de buena tinta, si cuando salen oportunidades para trabajar o para ocupar un puesto de ayudante o auxiliar de bibliotecas en administraciones locales, por ejemplo, que por cierto no es con demasiada frecuencia, no puediera acceder a este, personas que no tiene la titulación oficial existente desde hace años, todavia tendríamos más bibliotecarios que han realizado estos estudios de Biblioteconomía y Documentación trabajando.
    Intrusismo total.

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